Cuando lees una noticia en línea, das por hecho que alguien ha pagado por escribirla, editarla y revisarla. Ahora imagina que un buscador de IA recopila ese trabajo, lo reorganiza y te lo muestra casi igual, pero sin pasar por la web original. Eso es, según el Chicago Tribune, lo que está ocurriendo con el buscador de IA Perplexity, y por eso ha decidido llevar el caso a los tribunales en Nueva York.
Esta nueva demanda contra Perplexity no va solo de “copiar y pegar”. Va de cómo los modelos de inteligencia artificial se entrenan, de cómo usan contenidos protegidos por derecho de autor y de hasta dónde llega la ley cuando entra en juego una técnica concreta: el Retrieval Augmented Generation o RAG.
Para entender la demanda del Chicago Tribune contra Perplexity, conviene empezar por los hechos básicos. El periódico ha presentado una acción legal por infracción de copyright en un tribunal federal de Nueva York, centrada en cómo el buscador de IA maneja su contenido periodístico.

Según la querella, los abogados del Tribune contactan con Perplexity a mediados de octubre. Querían saber algo muy directo: si ese buscador de inteligencia artificial estaba usando material del periódico, y en qué condiciones. La respuesta de la compañía, siempre según el diario, abre la puerta al conflicto legal que tenemos ahora mismo.
Cuando el Chicago Tribune pregunta por el uso de sus textos, los abogados de Perplexity responden que sus modelos de IA no se entrenan con trabajos del diario. A primera vista puede sonar tranquilizador, porque la polémica habitual gira en torno al entrenamiento de modelos de IA con grandes bases de datos de noticias, libros y otros contenidos protegidos.

Esa misma respuesta incluye un matiz clave: Perplexity reconoce que su sistema “puede recibir resúmenes fácticos no verbales” del contenido del Tribune. Es decir, la empresa sugiere que no copia texto literal, sino que usa datos y hechos para generar resúmenes nuevos. Justo ahí es donde el periódico considera que lo que ocurre en la práctica va bastante más allá.
También te puede interesar:Perplexity Lanza su Nueva Herramienta de Investigación Profunda GratisEl Chicago Tribune sostiene que el buscador de IA no se limita a producir resúmenes generales, sino que en muchos casos entrega contenido del periódico de forma literal o casi literal, lo que suele llamarse texto “verbatim”. Desde la óptica del diario, eso vulnera claramente sus derechos de autor, porque se estaría reproduciendo su trabajo sin permiso y sin pasar por su web ni su muro de pago.
Si tú como usuario haces una consulta en un buscador de IA como Perplexity y recibes un texto prácticamente igual al del artículo original, te ahorras visitar la página del medio. Esa es una de las preocupaciones del Tribune: que la IA “se quede” con la relación con el lector, mientras el editor asume los costes del contenido y pierde ingresos por publicidad y suscripciones.
Hasta ahora muchas demandas se han enfocado en el entrenamiento de modelos, pero aquí aparece una capa nueva: el Retrieval Augmented Generation (RAG). ¿Qué es? En términos sencillos, es una técnica que combina un modelo de IA con acceso a fuentes de datos externas, para reducir alucinaciones y basar las respuestas en información real y verificada.
En un sistema RAG, el modelo no solo “recuerda” lo que aprendió durante el entrenamiento. Primero busca documentos relevantes, por ejemplo noticias o informes, y luego genera una respuesta apoyándose en ese material. El Chicago Tribune señala justamente este sistema RAG de Perplexity como parte del problema, porque según su demanda ahí es donde se estaría usando contenido del periódico sin autorización.
Según el Tribune, Perplexity estaría alimentando sus sistemas RAG con artículos del propio diario, que se habrían obtenido mediante scraping sin permiso. Esa recolección automatizada de datos, si afecta a textos protegidos por copyright y a contenidos detrás de un muro de pago, abre un frente legal importante para cualquier buscador de IA.
La acusación sostiene que esta arquitectura RAG permite a Perplexity ofrecer respuestas muy detalladas y ajustadas al contenido original del Chicago Tribune. Al hacerlo desde su propia interfaz, el usuario ve el resultado directamente en el buscador de IA y no en la página del medio, lo que para el diario supone una pérdida de valor económico y de control sobre su trabajo.
También te puede interesar:Perplexity Anuncia Comet: Su Navegador Web con IAOtro punto fuerte de la demanda es el navegador Comet de Perplexity. El Tribune acusa a este navegador de saltarse el muro de pago del periódico, es decir, de acceder a artículos reservados para suscriptores y generar resúmenes detallados que el usuario puede leer sin pagar.
Imagina que tienes una suscripción digital a un diario y, al mismo tiempo, un navegador de IA capaz de leer todo el artículo por ti y mostrarte los puntos clave. Hasta aquí podría parecer un simple atajo, pero si el navegador consigue el contenido de una forma que el editor no ha autorizado, estás ante un posible uso ilegítimo de ese material. Justo ese tipo de funcionamiento es el que el Chicago Tribune intenta frenar con esta demanda contra Perplexity.
La pelea del Tribune con Perplexity no aparece de la nada. El periódico forma parte de un grupo de 17 cabeceras de MediaNews Group y Tribune Publishing que ya se han enfrentado a otros gigantes de la IA. En abril, este grupo demandó a OpenAI y Microsoft por el uso de contenido periodístico para entrenar modelos de IA.

Esa primera demanda sigue su curso y se centra, sobre todo, en el entrenamiento de modelos con artículos y noticias. La idea de fondo es parecida: los medios sostienen que sus textos se han usado como materia prima para los modelos de lenguaje, sin compensación económica adecuada ni acuerdos claros. Es un conflicto que todavía no tiene una respuesta judicial definitiva y que influye en cómo se diseña cualquier nuevo buscador de IA.
El frente legal no se quedó en ese primer caso. Otras nueve publicaciones de los mismos grupos editoriales presentaron una nueva demanda contra OpenAI y Microsoft en noviembre, también por cuestiones relacionadas con el entrenamiento de modelos de IA. Aquí el patrón se repite: medios que invierten en periodismo frente a empresas tecnológicas que usan esos contenidos para construir productos de IA generativa.
Este contexto ayuda a entender por qué la demanda contra Perplexity es tan relevante. No se trata de un caso aislado, sino de una cadena de litigios que va marcando los límites legales del uso de contenido protegido en el ecosistema de la inteligencia artificial. Cada decisión judicial futuro puede afectar tanto a medios de comunicación como a desarrolladores de IA.
El caso del Chicago Tribune introduce una pregunta extra: ¿hasta qué punto los tribunales van a considerar responsable a un sistema de Retrieval Augmented Generation por la forma en que muestra o transforma el contenido original? Hasta ahora, casi todas las demandas han mirado al entrenamiento, siendo el RAG un terreno menos explorado desde el punto de vista jurídico.
Con todo, el diario está planteando algo muy concreto: que no solo hay que valorar qué datos se usan para entrenar un modelo, sino también qué hace la IA cuando acude a fuentes externas en tiempo real para responder consultas. Si los jueces aceptan esta línea, la forma de diseñar buscadores de IA y asistentes inteligentes podría cambiar bastante en los próximos años.
Hasta el momento en que se conocen estos detalles, Perplexity no había respondido públicamente a la noticia de la demanda del Chicago Tribune. Tampoco había contestado a la solicitud de comentarios de medios tecnológicos como TechCrunch, lo que deja muchas dudas sobre la versión de la compañía.
Esta ausencia de respuesta oficial no implica que Perplexity no vaya a defenderse en el proceso judicial. Desde el punto de vista de comunicación y reputación, refuerza la sensación de opacidad alrededor de cómo el buscador de IA trata los contenidos periodísticos y cómo funciona exactamente su combinación de entrenamiento, scraping y sistemas RAG.
La demanda del Chicago Tribune contra Perplexity no es la única que tiene abierta la compañía. Hay más actores preocupados por el scraping de datos y por el uso de contenidos dentro de sus sistemas de inteligencia artificial, lo que pinta un panorama legal bastante tenso para esta empresa.
En octubre, Reddit presentó su propia demanda contra Perplexity, alegando que el buscador de IA habría rastreado publicaciones de usuarios sin respetar las condiciones de la plataforma. Hablamos de comentarios, hilos y aportaciones que, aunque sean públicas, siguen estando bajo unos términos de uso concretos.

Para Reddit, el tema no es solo legal sino también comunitario: si una IA extrae el contenido de millones de usuarios para generar respuestas, está usando trabajo y conversaciones ajenas como base de su servicio. Esa tensión entre plataformas sociales y herramientas de IA se está repitiendo en muchos frentes y aporta contexto a la posición del Chicago Tribune.
Otra pieza importante es la demanda de Dow Jones, empresa propietaria de cabeceras como The Wall Street Journal. Dow Jones también acusa a Perplexity de problemas relacionados con el uso de su contenido, lo que encaja con el mismo patrón: medios de comunicación que consideran que su material se usa para alimentar un buscador de IA sin acuerdos claros.
Cuando varias empresas periodísticas apuntan a la misma compañía de IA, la discusión deja de ser un caso aislado para convertirse en una cuestión de modelo. Es decir, qué tipo de relación comercial y legal debe existir entre quien genera el contenido y quien lo remezcla, lo resume y lo muestra a través de sistemas de IA generativa.
En el ámbito del comercio electrónico, Amazon todavía no ha presentado una demanda contra Perplexity, pero sí ha movido ficha. El mes pasado, la empresa envió una carta de “cease and desist” (cese y desista) relacionada con la funcionalidad de navegación de compras con IA del buscador.
Ese tipo de carta sirve como aviso formal: Amazon pide a Perplexity que deje de actuar de cierta manera, y deja abierta la puerta a futuras acciones legales si no hay cambios. Aquí vemos que el conflicto ya no se limita al uso de noticias, sino también a cómo la IA se integra en la experiencia de compra y cómo accede a datos y páginas de comercio electrónico.
Con todos estos frentes abiertos, la demanda del Chicago Tribune contra Perplexity se convierte en una pieza clave para entender hacia dónde va la regulación del copyright en inteligencia artificial. Entre el entrenamiento de modelos, el scraping de webs, el uso de sistemas RAG y el posible salto de muros de pago, los tribunales tendrán que trazar límites que afectarán tanto a medios, como a plataformas y desarrolladores.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.