OpenAI está empujando a ChatGPT hacia un terreno delicado: que conectes tus cuentas de apps y dejes que el asistente haga cosas “por ti”. Las nuevas integraciones de aplicaciones convierten el chat en una especie de mando a distancia para música, viajes, compras, diseño e incluso búsqueda de vivienda, con una condición clara: dar acceso a tus datos.
OpenAI ofrece integraciones que permiten conectar cuentas directamente y pedirle al asistente que realice acciones en tu nombre. El salto es evidente: pasamos del “recomiéndame” al “hazlo”, aunque en muchos casos el último clic todavía ocurre en la app original.

La ventaja está en no tener que saltar entre pestañas, filtros y formularios. Bien utilizado, este sistema convierte un prompt en un mini-workflow: le das condiciones, te devuelve opciones y te deja medio camino hecho.
Para empezar a usar una integración basta con iniciar sesión en ChatGPT y escribir el nombre de la app al inicio del mensaje. De este modo, el propio asistente guía el proceso de vinculación e inicio de sesión. Si prefieres configurar varias de una vez, puedes ir a Ajustes y entrar en Apps and Connectors, donde aparece el catálogo completo.
Eso sí, no se trata de una extensión inofensiva del navegador: al conectar una cuenta se comparten datos de esa app con ChatGPT. Por eso conviene revisar bien los permisos antes de aceptar. La buena noticia es que cualquier app puede desconectarse en cualquier momento desde los ajustes.
La integración de Spotify permite crear listas de reproducción personalizadas que aparecen directamente en la app. Pides una playlist para entrenar con electrónica noventera y la tienes lista sin pelearte con búsquedas ni recomendaciones.
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Además, ChatGPT puede sugerir nuevos artistas, playlists, audiolibros y pódcasts adaptados a tus gustos. Para lograr ese nivel de personalización, Spotify comparte listas, historial de escucha y otros datos personales. Gana contexto para acertar más, aunque no todo el mundo quiere que su “guilty pleasure playlist” forme parte del perfilado.
Spotify ilustra bien esta nueva etapa: el valor de la integración depende directamente de cuántos datos estés dispuesto a ceder.
En el caso de Booking.com, el enfoque está en viajeros que no quieren perder horas comparando hoteles. Puedes pedir algo tan específico como “hoteles en Lisboa, del 10 al 13, máximo 160 € la noche, para dos, cerca del transporte público y con desayuno”.
Cuando encuentras una opción que encaja, la reserva se completa en Booking.com. La estrategia de OpenAI es clara: hacer la búsqueda más intuitiva que la propia web, sin convertirse todavía en una pasarela de pago total.

Canva, por su parte, apunta tanto a diseñadores como a cualquiera que necesite visuales con urgencia. Puedes pedir presentaciones, pósteres o creatividades para redes especificando formato, tipografías, colores y dimensiones.
Los resultados no siempre son perfectos: pueden aparecer imágenes raras, proporciones extrañas o errores ortográficos. Aun así, suele ser mejor que empezar desde cero y luego ajustar el diseño dentro de Canva.
También te puede interesar:ChatGPT Amplía el Modo de Voz Avanzada para Usuarios Gratuitos de EuropaLa integración de Coursera sirve para encontrar cursos adecuados a tu nivel y comparar opciones por valoración, duración y coste. Pides un curso intermedio de Python y obtienes un resumen ordenado antes de inscribirte. Es justo la capa de curación que muchos buscan: menos scroll, más decisión informada.

DoorDash apuesta por ahorrar tiempo en la planificación de comidas. Puedes pedir un plan semanal y añadir al instante los ingredientes al carrito para revisarlo y finalizar la compra. La letra pequeña es clara: solo está disponible en Estados Unidos y trabaja con minoristas concretos como Kroger, Safeway o Wegmans.

A esto se suma Target, que lanzó una beta estratégica antes del Black Friday. Puedes pedir ideas de regalos o planes tipo “noche de cine” y ChatGPT te monta una cesta con productos disponibles. La compra se completa con tu cuenta, eligiendo entre entrega el mismo día, recogida en tienda o envío estándar.

Con Expedia, ChatGPT muestra opciones de vuelos y hoteles sin salir del chat. Filtras por fechas, presupuesto, número de viajeros o categoría del hotel, y luego reservas directamente en Expedia.
La integración de Uber permite preparar el viaje desde ChatGPT y completar la solicitud y el pago en la app. Tiene límites claros: solo Estados Unidos, sin reservas anticipadas y únicamente viajes bajo demanda. Uber Eats sigue una lógica similar, mostrando restaurantes y menús antes de terminar el pago en la app.
Zillow busca simplificar la búsqueda de vivienda mediante un prompt: rango de precio, habitaciones, barrios y filtros específicos. Menos marcar casillas y más hablar como lo harías con un agente, con la diferencia de que aquí el agente es un modelo de IA.
El despliegue de estas integraciones está limitado, de momento, a Estados Unidos y Canadá. Europa y Reino Unido quedan fuera, una exclusión que huele a mezcla de regulación, acuerdos y prudencia legal.
OpenAI ya ha adelantado que llegarán más socios, entre ellos OpenTable, PayPal y Walmart. Estas integraciones están previstas para 2026 y, si PayPal entra en la ecuación, el salto de “buscar” a “pagar” será mucho más directo.
Conectar tus cuentas a ChatGPT tiene sentido si lo usas como asistente real y aceptas el intercambio. Si la privacidad es una preocupación central, no se trata simplemente de activar una función nueva, sino de decidir qué partes de tu vida estás dispuesto a centralizar en un único chat.
Si OpenAI logra que todo esto sea fiable y transparente en permisos, el estándar puede cambiar: menos apps sueltas y más acciones orquestadas por IA. Queda por ver cómo responde la competencia… y qué dicen los reguladores.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.