¿Te preocupa cuánto contamina la inteligencia artificial que usas cada día? La última jugada de Google llega con cifras llamativas sobre el consumo de su asistente, Gemini. En sus gráficos, un único prompt de texto apenas gasta agua y electricidad, y la huella de carbono parece mínima. Varios investigadores avisan: los números no cuentan toda la historia, y el impacto ambiental de Gemini puede ser mayor de lo que imaginas.
Vamos a ver qué dice exactamente Google, qué critican los expertos y qué métricas faltan para valorar bien este tema. Con todo, entenderás por qué unas décimas arriba o abajo cambian tanto el relato, y qué pedir a partir de ahora cuando alguien te hable del impacto ambiental de Gemini y de cualquier otro modelo de IA.
La propia compañía asegura que un prompt de texto de Gemini usa unas cinco gotas de agua, esto es, 0,26 ml. En energía, la cifra es de 0,24 Wh, algo parecido a ver la tele durante menos de nueve segundos. La emisión estimada se queda en 0,03 g de CO₂. Si te quedas con solo estos datos, el impacto ambiental de Gemini suena muy pequeño.
Estas cifras salen de un estudio interno sin revisión por pares por ahora. Google dice que planea someterlo a ese proceso en el futuro, y que su objetivo es ser más transparente y estandarizar parámetros para medir el impacto ambiental de Gemini. En cualquier caso, la discusión no se queda ahí.
El dato de 0,26 ml por solicitud incluye el agua que los centros de datos usan directamente en refrigeración. Es decir, lo que entra en las torres de enfriamiento o en sistemas similares. Con esta definición estricta, el impacto ambiental de Gemini en agua parece muy bajo.
Expertos como Shaolei Ren recuerdan que su investigación previa, con hasta 50 ml por prompt, cuenta tanto el uso directo como el indirecto. La diferencia es clave: si solo miras el agua directa, la estimación baja mucho, pero eso no refleja todo el ciclo que alimenta a los servidores.
También te puede interesar:Google expande su herramienta de prueba virtual con IA para incluir vestidosGoogle también explica que incluye el consumo de máquinas en reposo y la infraestructura de soporte, como los sistemas de enfriamiento. Eso ayuda a no infravalorar el coste operativo de fondo. Con todo, la cifra final, esos 0,24 Wh, alimenta la idea de que el impacto ambiental de Gemini está muy contenido para un uso típico.
Alex de Vries-Gao advierte que esto es “la punta del iceberg”. Su crítica no niega mejoras, sino que apunta a todo lo que se queda fuera cuando solo miras el per-prompt y no el funcionamiento global de los centros de datos y la red eléctrica que los sostiene.
¿Por qué dicen que las cifras son engañosas? Principalmente por dos motivos: el agua indirecta y la forma de medir el carbono. De Vries-Gao y Ren coinciden en que el impacto ambiental de Gemini no se entiende si ignoras esos apartados, y que el estudio de Google omite partes esenciales.
Además, Google compara medianas con promedios de estudios anteriores, lo que complica una comparación limpia. Si lo miras así, el impacto ambiental de Gemini parece mejorar mucho, pero los críticos sostienen que no estás comparando lo mismo.
Gran parte del agua consumida por un centro de datos no se gasta dentro del propio edificio. Llega con la electricidad, porque muchas plantas requieren agua para refrigeración o para mover turbinas con vapor. Si no sumas esa parte, el impacto ambiental de Gemini en agua queda recortado artificialmente.
Esta omisión pesa más en zonas con sequía. Los sistemas de refrigeración llevan años en el punto de mira por su contribución a la escasez de agua. El estudio de Google se queda en el uso directo, dejando fuera una fracción importante del consumo asociado al servicio.
También te puede interesar:OpenAI quiere desafiar a Google lanzando su propio navegador y tecnología NLWebEl empuje de la IA ha disparado la necesidad de electricidad, y eso está acelerando la construcción de nuevas plantas de gas y nucleares. Estas instalaciones también consumen agua, ya sea para enfriar o para generar vapor. En la práctica, el impacto ambiental de Gemini depende de ese mix energético real.
Con todo, si la demanda sigue subiendo, incluso una IA más eficiente puede aumentar el uso total de recursos. De Vries-Gao lo resume mirando el total global de Google: la situación “es realmente mala”. Es un aviso de que el per-prompt no cuenta la película completa.
Google reporta una métrica de carbono basada en el mercado, que refleja compromisos para apoyar renovables. A primera vista mejora el dato, pero no muestra la electricidad que realmente alimenta cada centro. Para medir el impacto ambiental de Gemini con precisión local, la referencia es la métrica basada en la ubicación.
Esa métrica, recomendada por el Greenhouse Gas Protocol, usa la mezcla energética real del lugar. Suelen salir cifras más altas que las de mercado, y por eso los expertos piden que se incluya. Ren y De Vries-Gao critican que Google no la haya usado, lo que distorsiona la lectura del impacto ambiental de Gemini.
Google defiende el uso de la mediana para evitar que unos pocos casos extremos arrastren los resultados. Es una elección válida en ciertos contextos, pero aquí choca con estudios previos que usaban promedios. Si comparas mediana con media, el impacto ambiental de Gemini parece mejor por definición.
Hay otro problema: Google no especifica la longitud de los prompts que usa para calcular la mediana, ni en palabras ni en tokens. Sin ese dato, la comparación se vuelve más confusa, y cuesta valorar si el impacto ambiental de Gemini que se muestra refleja un uso típico o uno más corto de lo habitual.
También te puede interesar:Qwen-Image: La IA Gratuita Capaz de Superar a ChatGPT en la Generación de ImágenesEntre mayo de 2024 y mayo de 2025, Google asegura que ha reducido 33 veces el consumo eléctrico por prompt y que la huella de carbono cayó 44 veces. Eso explica por qué sus estimaciones actuales son mucho más bajas que las de años anteriores. A simple vista, el impacto ambiental de Gemini por uso ha mejorado muchísimo.
Aparece la paradoja: el efecto Jevons. Cuando una tecnología se vuelve más eficiente, suele usarse más, y el consumo total puede crecer. El propio informe de sostenibilidad de Google muestra que sus emisiones “basadas en las ambiciones” subieron un 11 % el último año y un 51 % desde 2019, impulsadas por la IA. Es decir, el impacto ambiental de Gemini por unidad baja, pero el agregado puede ir a peor.
El trabajo de Google todavía no tiene revisión por pares. La empresa dice que está dispuesta a pasar por ese filtro, y que quiere aportar parámetros más estandarizados para medir agua, energía y carbono. También sostiene que incluye el consumo de máquinas en reposo y la infraestructura de soporte, algo positivo para entender el impacto ambiental de Gemini.
Con todo, el informe reciente de sostenibilidad indica otro movimiento polémico: Google ha eliminado ciertas categorías de emisiones de sus objetivos climáticos por considerarlas “periféricas” o fuera de su control directo. A ojos de los expertos, esa decisión empeora la foto global y no ayuda a que el impacto ambiental de Gemini se comunique con todas sus aristas.
Si quieres evaluar bien este tema, conviene exigir un marco completo. Con estas pautas vas a poder leer futuros informes con más criterio y detectar lo que falta sobre el impacto ambiental de Gemini:
Si te quedas con titulares, parece que el impacto ambiental de Gemini es minúsculo por cada prompt. Cuando miras agua indirecta, métricas de carbono por ubicación, diferencias entre mediana y promedio, y el efecto Jevons, la foto cambia. Las mejoras de eficiencia son reales, pero el total de emisiones de Google crece, y los expertos recuerdan que las cifras oficiales muestran solo una parte de la historia.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.