Meta ha lanzado una apuesta diferente en la carrera de la inteligencia artificial general (IAG): está formando un grupo secreto, elegido directamente por Mark Zuckerberg, que tiene como meta principal crear una superinteligencia capaz de igualar, e incluso superar, cualquier capacidad intelectual humana.
Todo esto surge por la frustración de Zuckerberg con las limitaciones de la IA actual y su convicción de que la compañía puede adelantar a rivales como OpenAI, Microsoft o Google.
Según fuentes cercanas, el objetivo es liderar el desarrollo de sistemas automáticos capaces de realizar cualquier tarea humana con la misma o mayor precisión. Zuckerberg ha reunido a decenas de especialistas porque considera que la inteligencia artificial de la compañía se ha quedado corta ante el avance de otros gigantes tecnológicos.
Este equipo, compuesto por unas 50 personas, busca diseñar algoritmos que aprendan por sí mismos, emitan juicios autónomos y manejen el lenguaje natural con soltura. El resultado esperado: sistemas capaces de desenvolverse solos, analizar información nueva y adaptar su “pensamiento” sin que tengas que programar cada respuesta.
Meta quiere que su futura superinteligencia no se quede como un laboratorio secreto, sino que impregne todo su ecosistema de productos. Si esto llega a funcionar, vas a poder ver funciones avanzadas de IAG en redes sociales como Facebook e Instagram, en servicios de mensajería de WhatsApp y Messenger, herramientas creativas con IA y dispositivos inteligentes como las gafas Ray-Ban Meta.
Imagina que las gafas que llevas interpretan entornos y te ayudan a resolver problemas en tu día a día, o que una aplicación gestiona tus mensajes, prioridades y calendarios de forma casi humana. Esa es la ambición detrás de la apuesta de Meta por la inteligencia artificial general.
¿Quién está dentro de este selecto grupo? Aunque Meta no ha desvelado nombres oficialmente, uno de los candidatos destacados es Alexandr Wang, fundador de Scale AI. Esta startup se encarga de anotar y preparar datos (el “alimento” de cualquier IA) para que los sistemas inteligentes aprendan de verdad, no solo memoricen.
En paralelo, Meta ha estado en conversaciones con Scale AI para invertir más de 10.000 millones de dólares, lo que duplicaría la mayor inversión externa de su historia. Scale AI ya trabaja con Microsoft y OpenAI y fue valorada en 14.000 millones de dólares en 2024, una muestra clara de que Meta quiere rodearse de los mejores socios en anotación y entrenamiento de datos.
Este movimiento implica un cambio estratégico: Meta había apostado antes por la investigación interna y los modelos abiertos, pero ahora entiende que el acceso a datos de calidad es vital para ganar en la IAG.
Si comparamos el ritmo de Meta con el de sus rivales, destaca el avance de OpenAI en 2024. A finales de ese año, la empresa presentó los modelos o3, que lograron un 87,5% en la métrica ARC-AGI. Esta puntuación mide si una IA puede adquirir conocimiento nuevo de manera autónoma, algo esencial para aspirar a la inteligencia general.
Sam Altman, el CEO de OpenAI, ha dicho que los modelos con capacidades de razonamiento avanzado, como o3, serán parte de GPT-5, que aspira a convertirse en el nuevo estándar de la industria.
Por su parte, compañías como Microsoft y Google no han frenado su propio desarrollo de sistemas inteligentes. Demis Hassabis, de DeepMind (Google), sitúa el logro de una verdadera IAG hacia 2030, mientras que Elon Musk, ahora al frente de xAI, opina que podríamos ver algo similar a partir de finales de 2025.
Jensen Huang, CEO de Nvidia, anticipa que el siguiente gran salto en IA llegará en cinco años. Todo el sector se mueve con velocidad, pero, por ahora, ninguna empresa ha demostrado públicamente tener una IAG auténtica.
Para algunos, la clave está en que la IA pueda resolver problemas nuevos, comunicarse de forma natural y entender el mundo igual que una persona. Otros, sobre todo los más escépticos, consideran que el mero hecho de que un chatbot hable fluidamente o resuelva tareas matemáticas no equivale a una mente similar a la humana.
Los expertos reconocen que la definición de IAG sigue en debate. No hay consenso sobre el punto exacto en que una máquina dejará de ser solo una herramienta programada y pasará a considerarse verdaderamente “inteligente”. Quizá, por ahora, la conversación se mueve entre la ciencia y la filosofía más que entre hechos concretos.
Las expectativas sobre cuándo veremos una IAG “real” son tan variadas como las personalidades de quienes opinan. Elon Musk habla de un horizonte muy próximo, entre finales de 2025 y 2026. Hassabis prefiere mirar a finales de esta década y Huang apuesta que ocurrirá, como tarde, en los próximos cinco años.
Por el momento, la comunidad no ha presentado pruebas concretas de que hayamos roto la barrera de la inteligencia artificial general. Los sistemas actuales son brillantes en tareas concretas y aprenden a una velocidad asombrosa, pero muchos investigadores recuerdan que la mente humana implica algo más que procesar datos. Así que, aunque estamos más cerca que nunca, el gran salto todavía está por confirmar.
Meta replantea la forma en que desarrolla inteligencia artificial, avanzando de la investigación interna a la colaboración con expertos externos y grandes inversiones. Este cambio busca acelerar la llegada de sistemas verdaderamente autónomos capaces de transformar desde apps sociales hasta dispositivos físicos.
Si logran su objetivo, pronto vas a poder interactuar con asistentes y servicios mucho más “humanos”, capaces de entenderte y adaptarse. Aunque la competencia se acelera, la gran pregunta sigue abierta: ¿serán estas nuevas inteligencias realmente comparables a las personas, o quedarán como herramientas avanzadas pero distintas de nuestra mente?
La carrera para alcanzar la inteligencia artificial general se intensifica con la propuesta secreta de Meta y su “grupo de superinteligencia”, que marca una nueva etapa para el sector. Pero la verdadera IAG aún sigue siendo, para algunos expertos, más una aspiración filosófica que una realidad científica.
Aunque los avances son imponentes y los próximos años prometen cambios, todavía nadie ha cruzado esa frontera donde una máquina puede hacer todo lo que tú puedes imaginar.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.