La inteligencia artificial está cambiando a gran velocidad la forma en que los adolescentes exploran el mundo digital. Según la Asociación Estadounidense de Psicología (APA), su impacto va mucho más allá de lo que imaginamos. Puede representar peligros incluso mayores que los asociados a las redes sociales, sobre todo para menores y jóvenes. Aquí te contamos por qué surgen estas alertas y qué recomiendan los expertos para proteger la salud mental adolescente.
La popularidad de la inteligencia artificial entre adolescentes está subiendo como la espuma. Según la APA, el uso de sistemas basados en IA crece sin parar en este segmento de edad, pero esto no es solo cuestión de cantidad. Los expertos ven un riesgo porque los jóvenes, a diferencia de los adultos, tienden a confiar más en la información de un bot y no siempre detectan cuándo hablan con una máquina.
Esta confianza puede ser peligrosa: interactuar habitualmente con una IA provoca que algunos jóvenes no cuestionen lo que leen y, en ocasiones, incluso desarrollan vínculos poco saludables o se aíslan de sus relaciones reales. La manipulación, la explotación o el deterioro de la vida social son riesgos que preocupan especialmente cuando la IA se convierte en una constante de la vida digital diaria.
No toda la IA influye igual en los jóvenes. El informe de la APA distingue dos tipos principales:
Ambos tipos afectan el desarrollo social y emocional, pero de manera distinta. La IA generativa impacta sobre todo en la percepción y en el comportamiento, mientras que la interactiva llega a influir en las relaciones cotidianas —puedes pasar de chatear con amigos a preferir hablar con el asistente digital—, desplazando los vínculos fuera del mundo virtual.
El desafío es doble: ¿cómo aseguramos que los adolescentes construyan relaciones sanas con otras personas y no solo con dispositivos inteligentes? No se puede negar que la IA “ayuda” en muchos casos: simplifica tareas, soluciona dudas y puede servir de apoyo educativo.
También te puede interesar:El CEO de Klarna usa un avatar de IA para presentar resultados financierosUno de los grandes peligros es que los adolescentes son menos propensos que los adultos a desconfiar de la información que reciben. Si un bot genera respuestas convincentes, muchas veces se las toman como ciertas sin cuestionar las intenciones detrás.
Esto genera el riesgo de caer en mensajes manipuladores o bien desarrollar relaciones simuladas que poco a poco van desplazando las amistades reales.
Casos recientes han mostrado cómo algunos menores acaban compartiendo información personal o datos sensibles con la IA, sin percatarse de que no están hablando con una persona. En otras ocasiones, se pueden ver expuestos a contenido dañino, impreciso o engañoso que puede afectar la autoestima, el estado de ánimo o hasta las decisiones cotidianas.
La privacidad de los jóvenes está cada vez más en juego. Los sistemas de inteligencia artificial muchas veces recopilan datos personales, gustos, historial de navegación y hasta patrones de comportamiento, normalmente sin informar del todo.
Las grandes empresas tecnológicas tienen que cuidar especialmente estos aspectos para no convertir la innovación en una fuente de riesgos para la salud mental o la intimidad de los menores.
La investigación de la psicóloga Karen Mansfield advierte que los sistemas diseñados para imitar conductas humanas pueden influir de forma más potente que las redes sociales, incluso llegando a empeorar problemas como el aislamiento, la ansiedad o la adicción digital.
La APA insiste en que las grandes tecnológicas y los desarrolladores de IA deben considerar las características y vulnerabilidades propias de la adolescencia en cada etapa de desarrollo. No basta con poner un aviso genérico de “mayores de 13 años”. Algunas medidas directas que propone el informe son:
Más allá de las medidas técnicas, la urgencia está en crear un marco regulatorio que asegure la protección real de la salud emocional y digital de adolescentes mediante leyes claras, mecanismos sencillos de denuncia y estándares comunes para todas las plataformas.
El informe de la APA recoge también actuaciones que puedes poner en marcha de forma inmediata si eres madre, padre, docente o educador:
Algunas de estas medidas dependen de casa o la escuela, pero otras requieren cambios por parte de los desarrolladores, las grandes plataformas y los legisladores. La clave está en sumar esfuerzos y no esperar a que el daño sea irreparable.
La recomendación actual es clara: los programas escolares deben incluir educación en inteligencia artificial y alfabetización digital desde las primeras etapas. Si no entiendes cómo funciona la IA, será casi imposible reconocer cuándo puede estar influyendo negativamente en tu vida.
Por eso, organismos como UNICEF reclaman que se establezcan estándares nacionales para el uso seguro de la IA, formando al profesorado y dotando a los jóvenes de herramientas sencillas para defenderse frente a riesgos inesperados. Este análisis de UNICEF destaca que la IA generativa ya es una pieza básica en el día a día digital de la infancia, pero no siempre bajo control.
La preocupación por la IA aplicada a menores va más allá de la escuela. UNICEF reclama a gobiernos y empresas tecnológicas que investiguen a fondo los efectos de la IA generativa, desarrollen mejores políticas de gobernanza y garanticen desarrollo ético y transparencia en los sistemas.
El foco está en defender los derechos de la infancia y asegurar que toda innovación sirva realmente para el bienestar de los jóvenes, no solo para el entretenimiento o el negocio.
La inteligencia artificial no es buena ni mala por sí misma. Ya existen pruebas de que puede favorecer el aprendizaje y la detección temprana de problemas, pero todo depende del uso que le demos y del compromiso de empresas, gobiernos y familias.
Ante el avance de la IA generativa, tanto organizaciones internacionales como expertos en salud mental apuntan que actuar pronto es clave para proteger la salud emocional de niños y adolescentes. El equilibrio está en seguir aprovechando las ventajas tecnológicas, pero sin bajar la guardia ni dejar solos a los más jóvenes ante una realidad digital cada vez más compleja y cambiante.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.