Durante unos minutos inesperados, Kingfall se dejó ver en AI Studio, abriendo la puerta a un modelo que había estado fuera del radar de cualquiera que no fuese socio de Google. La aparición fue breve, apenas veinte minutos, lo suficiente para que usuarios y desarrolladores accedieran y pusieran a prueba su potencial.
La etiqueta “confidential” dejaba claro que esto no iba dirigido al gran público, pero la filtración encendió rápidamente la conversación en la comunidad. Justo coincidió con el inminente estreno del competidor OpenAI o3 Pro, disparando las teorías: ¿sería un error fortuito o parte de una estrategia premeditada para llamar la atención y recoger opiniones?
Kingfall no solo presume de aceptar archivos y datos variados. Lo que realmente sorprende a quienes han podido acceder es la existencia de dos modos de funcionamiento: “thinking” y “non-thinking”. Esta dualidad marca la experiencia de uso y amplía las oportunidades tanto para usuarios técnicos como creativos.
Si eliges el modo “thinking” el modelo realiza un razonamiento en profundidad para cada paso, llegando a explicar minuciosamente incluso tareas que parecen sencillas. Vas a poder ver respuestas muy cuidadas, desglosadas paso a paso, y no simples soluciones rápidas.
Eso sí, hay que tener paciencia: este modo es bastante más lento y exige más recursos computacionales, pero te recompensa con detalles y precisión inusuales.
La ventana de contexto de Kingfall puede sonar modesta si miramos modelos que manejan hasta cientos de miles de tokens. Pero en la práctica, tener 65.000 tokens permite procesar, analizar y razonar sobre documentos extensos, múltiples imágenes y archivos complejos sin que te veas limitado al poco tiempo de empezar.
En entornos empresariales te vas a encontrar muchísimas situaciones donde este tamaño de contexto es más que suficiente, desde entender códigos extensos, a comparar varios informes o analizar grandes piezas de datos. Si alguna vez has tenido que recortar información para que quepa en un modelo, aquí ese problema suele desaparecer.
Para quienes desarrollan software, diseñan o trabajan en tareas técnicas, el modo “thinking” marca la diferencia. Es verdad que consume recursos y que no tendrás respuestas instantáneas, pero vas a obtener razonamientos detalladísimos. Aquí no se trata solo de dar la respuesta correcta, sino de argumentar cada paso, mostrar trazas de razonamiento y llegar a soluciones con una profundidad poco común.
Incluso en tareas básicas, el nivel de detalle es tan alto que puede llegar a impresionar si vienes de sistemas tradicionales que priorizan la velocidad sobre la calidad del análisis. Este modo puede cambiar tu forma de trabajar si el razonamiento y la claridad importan tanto o más que el resultado final.
Uno de los descubrimientos más interesantes por quienes probaron Kingfall fue su habilidad para generar gráficos SVG a partir de indicaciones sencillas. La calidad de los SVGs superó incluso a Claude 4, famoso por sus capacidades en código y vectorización.
Si trabajas con gráficos, código o automatización, esto abre muchas posibilidades: vas a poder recibir diagramas claros, iconos o piezas complejas sin esfuerzo y partir de una simple instrucción. La destreza en SVG también sugiere un motor de generación de código muy avanzado, perfecto para programadores, diseñadores y equipos técnicos que buscan precisión y control visual.
Desde que Kingfall se filtró, surgieron muchas teorías sobre su verdadera identidad. Algunos piensan que Kingfall es realmente la versión definitiva de Gemini 2.5 Pro, modelo del que Google lleva tiempo promocionando sus nuevas capacidades de “pensamiento profundo”.
Otros ven en Kingfall una versión especial, orientada a la codificación o hecha a medida para entornos empresariales, cuyo objetivo es plantarse de tú a tú con o3 Pro de OpenAI.
Lo cierto es que las similitudes entre Kingfall y las demos públicas de Gemini 2.5 Pro son notables. Tanto el enfoque en razonamiento intensivo como el uso de recursos elevados en el modo dedicado a pensar concuerdan bastante con la línea estratégica que Google ha ido presentando.
Al juntar la capacidad para aceptar archivos, analizar código y generar SVGs de calidad profesional, Kingfall se orienta claramente al desarrollo. La combinación apunta a facilitar el trabajo colaborativo en equipos técnicos, permitiendo trabajar sobre documentos extensos, depurar código o crear diagramas vectoriales en segundos.
Esto es relevante si trabajas en empresas donde la gestión de código, la revisión visual y la integración de datos adicionales requieren flexibilidad y potencia. Aquí, Kingfall destaca sobre los modelos que solo responden con texto plano.
A raíz de la filtración, desarrolladores y expertos comenzaron a especular sobre si la aparición de Kingfall fue accidental o una jugada para medir el interés. La proximidad con el lanzamiento de o3 Pro ha hecho que muchos vean aquí una maniobra competitiva, destinada a mantener el foco sobre Google en plena carrera por la inteligencia artificial avanzada.
Algunos usuarios aún no descartan que Kingfall forme parte de una línea experimental o que prepare el terreno para una versión mucho más potente. Lo que está claro es que la competencia en IA para empresas está en su nivel más alto y que Google no se conforma con seguir, sino que quiere marcar el ritmo con Gemini y sus variantes avanzadas.
Con solo veinte minutos de exposición, Kingfall ha conseguido despertar el interés de la comunidad técnica. Ahora toca esperar a los anuncios previstos a principios de junio, donde Google debería aclarar si realmente Kingfall es Gemini 2.5 Pro definitivo o si se trata de un proyecto aún más exclusivo.
Mientras tanto, los avances de Kingfall refuerzan la estrategia de Google: ofrecer modelos de IA multimodal, orientados al desarrollo y preparados para responder a las necesidades sofisticadas de clientes empresariales actuales. Si trabajas con código, gráficos o necesitas una IA capaz de razonar profundamente, estar atento al próximo anuncio puede marcar la diferencia.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.