Meta ha dado un paso contundente en su compromiso con la energía limpia y la inteligencia artificial, firmando un acuerdo histórico de 20 años con Constellation Energy para asegurar el suministro energético a sus futuros proyectos. Si alguna vez te has preguntado cómo las grandes tecnológicas aseguran su consumo eléctrico sin renunciar a la sostenibilidad, aquí vas a encontrar respuestas claras y hechos muy concretos que muestran la envergadura de este tipo de pactos.
La central nuclear Clinton, ubicada en Illinois y activa desde 1987, será clave en este movimiento. Gracias a este acuerdo, Meta va a poder garantizar la continuidad de sus operaciones de IA y, al mismo tiempo, impulsar la vida útil de una instalación considerada estratégica para la región.
Los detalles económicos son confidenciales, pero el enfoque pasa por asegurar recursos estables y fiables, en línea con las metas climáticas de la compañía.
Meta asegura el consumo de aproximadamente 1,1 gigavatios de energía nuclear generada por la central de Clinton, lo que equivale a toda la producción de su único reactor. De este modo, podrás ver cómo una sola empresa es capaz de marcar la diferencia en las perspectivas de futuro de una planta con riesgo de cierre hace solo unos años.
La duración del acuerdo, de 20 años, proporciona la estabilidad financiera que necesitaba Clinton tras una etapa complicada. Hasta 2017, su viabilidad estaba en entredicho por pérdidas económicas, pero un programa de créditos para cero emisiones salvó la situación de forma provisional.
Ahora, la entrada de Meta, desde junio de 2027, supone una inyección de confianza en la nuclear como pilar de la energía limpia en EE. UU.
La compra de energía nuclear por parte de Meta permitirá prolongar la actividad de Clinton durante al menos dos décadas más. Este compromiso asegura el empleo de unas 500 personas de forma directa, aportando seguridad laboral y dinamizando la economía local. Además, la planta continúa suministrando energía a unos 800.000 hogares y apoyando el mantenimiento de la red regional eléctrica.
Vas a poder comprobar que el impacto va más allá del suministro: Joe Domínguez, director ejecutivo de Constellation, ha explicado que con este acuerdo se solventarán los costes derivados de renovar licencias, actualizar sistemas técnicos y mantener la infraestructura del Centro de Energía Limpia Clinton.
En cifras, se habla de “miles de millones de dólares de capital” orientados a mantener la operación de la central y modernizar sus capacidades.
¿Sabías que Clinton estuvo a punto de cerrar definitivamente en 2017? Las pérdidas acumuladas la alejaban del equilibrio financiero, pero un programa temporal de créditos por cero emisiones le permitió sobrevivir hasta ahora. Este programa tenía una fecha de caducidad: mediados de 2027. La entrada de Meta con este acuerdo a largo plazo es el empuje definitivo para consolidar la viabilidad de la planta, más allá de los apoyos públicos.
Este giro marca un antes y un después no solo para la región, sino también para la industria nuclear estadounidense. Clinton pasa de ser un activo en peligro a convertirse en referencia internacional de colaboración entre tecnología punta y energía limpia.
La cifra impresiona: Meta va a poder adquirir la producción total de la central, asegurando así su demanda energética para proyectos de inteligencia artificial a gran escala. Si lo comparamos con el consumo de hogares, equivale a iluminar hasta 800.000 viviendas al año. Esta decisión permite a la empresa planificar el despliegue de IA con garantías y previsión energética a muy largo plazo.
Un matiz técnico: la planta no entregará la electricidad de forma directa a los servidores de Meta. Lo que sucede es que la energía entra a la red regional, contribuyendo a que el “mix eléctrico” sea cada vez más limpio, reforzando los objetivos climáticos de Meta de alimentarse con energía 100 % limpia en todas sus operaciones. Así, el impacto del acuerdo va mucho más allá de los propios centros de datos de la empresa.
Desde la perspectiva local, la continuidad de Clinton significa trabajo y estabilidad para 500 familias. Además, la planta seguirá abasteciendo la demanda general, evitando apagones o la dependencia de fuentes fósiles. Siempre que se hable de transición energética, este tipo de acciones colaborativas dibujan un futuro más responsable y seguro. Meta y Constellation refuerzan así el papel de Illinois como motor de energía limpia en Estados Unidos.
Acceso seguro a electricidad sostenible y escalable: esta es la prioridad de cualquier compañía que pretenda expandir su apuesta por la IA. Urvi Parekh, responsable de energía global en Meta, ha destacado que el suministro de energía limpia y fiable resulta esencial para los planes de la empresa, subrayando la importancia de colaborar con proyectos que dan continuidad y respaldo a infraestructuras clave como Clinton.
Tras el anuncio, las acciones de Constellation Energy subieron cerca de un 12 %, reflejando el optimismo de los inversores en la fiabilidad y rentabilidad del modelo. No es la primera vez que Constellation cierra un acuerdo así: el pasado año, otro pacto a 20 años permitió reactivar la central de Three Mile Island y firmar con Microsoft.
¿Implica esto una tendencia? Todo apunta a que los futuros pasos de las tecnológicas pasarán por acuerdos a largo plazo que vinculen la producción energética limpia con sus compromisos ambientales.
Meta apuesta fuerte por la inteligencia artificial y lo hace asegurando energía nuclear limpia de la central Clinton durante los próximos 20 años. Este acuerdo, además de anticipar un crecimiento sostenible para sus centros de datos, va a poder consolidar el futuro de la central y del empleo local, marcando un ejemplo en cómo las grandes empresas pueden liderar la transformación energética.
Con esta estrategia, Meta reafirma su compromiso con una energía fiable y limpia, un ingrediente esencial para el futuro de la tecnología y de la sostenibilidad medioambiental.
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