Imagínate que abres WhatsApp, te sale el nuevo chatbot de IA de Meta y empiezas a preguntarle cosas sobre móviles, recetas o viajes. Todo parece cómodo y rápido, pero lo que escribes ahí no se queda solo en esa conversación. Meta ya ha anunciado que va a guardar y estudiar esos mensajes para algo muy concreto: mostrarte más publicidad adaptada a lo que hablas con la IA.
La clave está en que, según la propia compañía, no vas a poder usar ese chatbot sin aceptar que tus mensajes se almacenen y se procesen con fines comerciales. Aquí es donde entra en juego la polémica, porque Meta arrastra un historial bastante delicado con la privacidad.
Para entender por qué este nuevo movimiento de Meta preocupa tanto, conviene recordar de dónde venimos. No es la primera vez que la empresa entra en conflicto con la privacidad de los usuarios, y eso pesa cuando ahora te pide confianza con su chatbot de IA.
Uno de los casos más conocidos fue el escándalo de Cambridge Analytica, donde se usaron datos de millones de personas de Facebook sin su consentimiento claro, con fines políticos y comerciales. Ese episodio dejó claro que los datos personales, para Meta, son un activo muy valioso y que la línea entre mejorar el servicio y aprovecharse del usuario se ha cruzado más de una vez.
Otro ejemplo que marcó a muchos usuarios llegó cuando se descubrió que la app de Facebook tenía activado por defecto un permiso para acceder a toda la galería del móvil. Sin que lo vieras muy claro, la aplicación estaba preparada para leer tus fotos y vídeos, algo muy sensible para cualquiera que use el móvil a diario.
Más tarde, documentos judiciales sacaron a la luz que Meta había realizado un estudio interno que mostraba que algunos usuarios notaban beneficios al dejar Facebook, ya fuera por salud mental o por bienestar general. Ese informe no se hizo público en su momento, lo que refuerza la sensación de que la empresa solo enseña lo que le interesa cuando la imagen pública está en juego.
También te puede interesar:Meta fue sorprendida manipulando benchmarks de IALa novedad ahora es el chatbot de inteligencia artificial de Meta, integrado en WhatsApp, Instagram y Facebook. A simple vista parece una herramienta para responder dudas rápidas, hacer resúmenes o pedir recomendaciones, pero en segundo plano supone una nueva fuente de datos personales muy jugosos para la empresa.
Según ha publicado Meta en su blog oficial, todos los mensajes que envíes a ese chatbot van a quedar almacenados y analizados. No se trata de un uso puntual ni limitado, sino de un sistema pensado para convertir tus conversaciones con la IA en información útil para su negocio publicitario y para el contenido que ves en las distintas apps.
La compañía ha sido clara en un punto: cada mensaje que tú escribas al chatbot en WhatsApp, Instagram o Facebook será guardado. No es solo que la IA lo use en ese momento para darte una respuesta mejor, sino que la empresa se queda con esos datos y los somete a un análisis sistemático y continuado.
Ese análisis sirve para extraer patrones de lo que te interesa, de lo que buscas y de los productos o servicios sobre los que haces preguntas. Al final, tu interacción con el chatbot se convierte en una especie de “escáner” de tus gustos, que se asocia a tu perfil de usuario en todo el ecosistema de Meta.
¿Para qué quiere Meta toda esa información de tu chatbot de IA? El objetivo declarado es claro: usarla para personalizar la publicidad y el contenido que ves en sus plataformas. Cuanto mejor te conozcan, más pueden ajustar los anuncios y más tiempo es probable que pases dentro de sus servicios.
Si, por ejemplo, hablas con la IA sobre qué smartphone comprarte, qué cámara tiene mejor batería o qué gama media es más interesante, esa conversación puede traducirse en anuncios de móviles, fundas, auriculares y otros accesorios relacionados. Lo mismo si preguntas sobre recetas, robots de cocina o sartenes: te empezarán a salir campañas de electrodomésticos, comida preparada o utensilios de cocina.
También te puede interesar:Meta Comenzará a Usar Casi Todos Tus Datos Para Entrenar Su IA: Así Puedes ProtegerteLo que hace Meta en la práctica es unir lo que escribes al chatbot de IA con el sistema de anuncios que ya usa en Facebook, Instagram y, en parte, WhatsApp. Tu historial de conversación se transforma en segmentos de interés que los anunciantes pueden aprovechar para llegar a ti con más precisión.
Con todo, este cambio supone que hablar con la IA deja de ser una interacción “neutral” y pasa a formar parte de tu perfil comercial. Lo que antes contabas quizá a un amigo por chat, ahora se lo estás contando a un sistema automatizado que trabaja para mejorar el rendimiento publicitario.
Imagina que durante varias semanas preguntas a la IA por recetas de cocina sencillas, trucos para hacer pan casero o recomendaciones de hornos baratos. Ese volumen de mensajes indicará a Meta que te interesan los electrodomésticos y la cocina del día a día, de modo que vas a poder ver muchos más anuncios de robots de cocina, mezcladoras o marcas de alimentos concretas.
Si lo comparamos con la app móvil tradicional sin IA, el cambio está en el nivel de detalle. Ya no solo analizan las páginas que sigues o los vídeos que ves, sino también las palabras exactas que escribes a la IA, con ejemplos muy específicos, como tipos de móvil, modelos de portátil o marcas de ropa que mencionas de forma directa.
Ante las críticas, Meta ha intentado tranquilizar a los usuarios marcando ciertas líneas rojas. La empresa insiste en que no todo lo que hables con la IA se va a usar para anuncios, al menos en teoría, y ha mencionado explícitamente algunos tipos de datos que declara que no aprovechará con fines publicitarios.
Otra promesa importante es que no va a leer los mensajes privados cifrados que intercambias con otras personas en WhatsApp o en los chats cifrados de Instagram y Facebook. En esos casos, la encriptación de extremo a extremo se mantiene, y Meta afirma que no la romperá para acceder a tus conversaciones personales.
Meta ha explicado que no utilizará con fines comerciales la información considerada confidencial. En este grupo entran los datos de salud, tu religión, tus opiniones políticas u otros aspectos similares que, en teoría, quedan excluidos del sistema de segmentación publicitaria asociado al chatbot de IA.
Aquí surge la duda de cómo va a distinguir la IA, de forma real y estable, entre lo que es confidencial y lo que no lo es. Si mencionas un medicamento dentro de una conversación de tecnología o haces una broma sobre política mientras preguntas otra cosa, el límite entre un dato sensible y uno comercial se vuelve bastante difuso.
Meta también recalca que no leerá los mensajes privados que tengas con tus contactos reales cuando estén protegidos por cifrado de extremo a extremo. Esa parte de la comunicación, según la empresa, se mantiene fuera de este nuevo sistema de análisis con fines publicitarios.
Lo que se analiza son solo las conversaciones que abras con el chatbot de inteligencia artificial. Es decir, el chat marcado como IA no está protegido por la misma lógica que tus charlas privadas con amigos o familia. Desde la perspectiva de Meta, cuando hablas con la IA estás interactuando con el servicio web de la empresa, no con otra persona, y por eso se permiten explotar esos datos.
El historial de Meta invita a tomarse estas garantías con mucha calma. Ya hemos visto cómo, en casos previos, se ha hecho un uso intensivo de los datos personales, incluso más allá de lo que la gente pensaba que estaba aceptando cuando abría una cuenta o instalaba la versión de escritorio o móvil de sus apps.
El hecho de que la empresa haya ocultado estudios internos sobre el impacto de sus redes sociales, o que haya configurado de forma agresiva permisos como el acceso a la galería del teléfono, alimenta la sensación de que las promesas de protección a veces van por detrás de sus intereses comerciales.
Si recuerdas el caso de Cambridge Analytica, entenderás por qué cuesta tanto confiar ahora. En aquel momento, muchas personas descubrieron que sus gustos, sus “me gusta” y su actividad en Facebook se habían usado para crear perfiles muy detallados, que luego se emplearon en campañas políticas dirigidas.
Ese tipo de uso de datos privados deja huella, y ahora, cuando Meta te dice que no tocará tu información sensible o que no leerá tus mensajes cifrados, cuesta no pensar en todo lo que ha pasado antes. La empresa ha demostrado que sabe sacar partido de cada rastro digital, y el chatbot de IA abre una nueva puerta muy amplia para seguir haciéndolo.
A esto se suma lo que se descubrió sobre el estudio interno donde se apuntaba que algunos usuarios estaban mejor, en varios aspectos, tras abandonar Facebook. Ese informe podría haber generado un debate sano sobre el impacto de las redes sociales, pero no se compartió de forma transparente con el público.
Esa ocultación respalda la idea de que Meta tiende a proteger su propio modelo de negocio incluso cuando los resultados internos señalan riesgos o problemas para los usuarios. Por eso, cuando la empresa plantea que el chatbot de IA es solo una herramienta útil y relativamente inocua, muchos se preguntan qué parte de la historia aún no se está contando.
La parte más delicada de esta nueva política es muy sencilla de expresar: no hay forma de usar el chatbot de IA de Meta sin que se recopilen y procesen tus datos para fines publicitarios. No existe un botón de “acepto la IA pero no el análisis comercial”.
Si tú sigues escribiendo a la IA, la empresa dará por hecho que aceptas que esos mensajes se almacenen, se estudien y se integren en tu perfil publicitario. No hay una casilla separada que permita disfrutar del servicio sin pasar por ese filtro de análisis masivo.
Si lo que quieres es que Meta no lea ni analice tus conversaciones con la IA para sacar conclusiones comerciales, las alternativas son muy limitadas. La propia compañía lo deja claro: la única forma efectiva de evitarlo es no usar el chatbot de IA en absoluto.
Eso implica no iniciar chats nuevos con la IA, no contestar cuando se integra automáticamente en una conversación y no apoyarte en esa herramienta para hacer búsquedas o pedir recomendaciones. En la práctica, tienes que decidir si prefieres la comodidad del chatbot o priorizar un poco más tu privacidad frente a la publicidad dirigida.
Meta ha habilitado un ajuste llamado “Privacidad avanzada del chat” que te permite bloquear cierta integración automática del chatbot de IA en las distintas aplicaciones. Este ajuste no evita que se analicen los mensajes si hablas con la IA, pero sí te ayuda a controlar mejor dónde aparece y cuándo se activa.
La parte menos cómoda es que no se trata de un único botón general. Vas a tener que entrar en cada app y revisar cada chat de IA por separado, lo que puede resultar pesado si usas varios servicios web de la compañía a la vez.
Si quieres reducir al mínimo la presencia del chatbot de IA en tus aplicaciones de Meta, puedes seguir estos pasos básicos en cada una de ellas:
Con esto vas a poder evitar que la IA aparezca, por ejemplo, sugerida dentro de tus chats normales o mezclada en funciones donde no la quieres. Si decides escribirle directamente, tus mensajes seguirán entrando en el sistema de almacenamiento y análisis de Meta.
La nueva política de almacenamiento y análisis de conversaciones con el chatbot de IA tiene una fecha clara de arranque. Según la información publicada, empezará a aplicarse en casi todo el mundo a partir del 16 de diciembre de 2025, lo que deja un margen de tiempo para que te informes y decidas cómo quieres usar estas herramientas.
Esto significa que, desde ese día, cualquier mensaje que envíes al chatbot en WhatsApp, Instagram o Facebook pasará a formar parte de este nuevo sistema de datos. Si te preocupa la privacidad, conviene que antes de esa fecha revises tus ajustes y tengas claro si vas a seguir hablando con la IA o no.
La medida se aplicará de manera bastante amplia, pero no será mundial desde el primer momento. Hay dos zonas importantes que, al menos inicialmente, quedan fuera de esta implementación directa: la Unión Europea y el Reino Unido.
En el resto de regiones, salvo excepciones puntuales que Meta pueda anunciar más adelante, la norma general es que el chatbot de IA se ligará al sistema de almacenamiento y análisis con fines publicitarios desde esa fecha de diciembre de 2025, sin opción nativa para excluir tus mensajes de ese uso comercial.
La razón principal por la que la Unión Europea y el Reino Unido quedan fuera, al menos en la primera fase, es la existencia del Reglamento General de Protección de Datos, el famoso RGPD (o GDPR). Esta normativa es bastante estricta en cuanto a cómo se pueden recoger, tratar y usar los datos personales.
Si Meta aplicara tal cual esta nueva política en Europa, correría el riesgo de enfrentarse a sanciones importantes, porque el RGPD exige una base legal muy clara, transparencia y, en muchos casos, un consentimiento específico para ciertos tipos de tratamiento de datos, sobre todo cuando afectan a perfiles tan detallados como los que genera un chatbot de IA.
Meta ya ha reconocido que está estudiando cómo implementar esta política en la UE y el Reino Unido sin chocar de frente con el RGPD. Eso podría implicar varias cosas: desde cambios en la forma de pedirte permiso, hasta ofrecer opciones más claras para limitar el uso publicitario de tus conversaciones con la IA.
En cualquier caso, aún no hay un modelo definitivo. Lo más probable es que la empresa intente mantener la esencia del sistema de análisis y segmentación, pero adaptando el texto legal, la forma del consentimiento y quizá algunas funciones del chatbot de IA para que encajen con las exigencias de los reguladores europeos.
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