¿Te preocupan los deepfakes publicitarios y hasta dónde puede llegar la IA con el vídeo corto? La marca detrás de una de las apps más populares para creadores ha cambiado de nombre y de ambición. Te contamos qué trae Mirage, cómo funciona su estudio de vídeo y qué implicaciones tiene para el marketing, el empleo creativo y la desinformación.
La promesa es tentadora: generar anuncios en cuestión de minutos, sin rodajes y con avatares que hablan y se mueven de forma natural. La frontera entre un anuncio legítimo y los deepfakes publicitarios se vuelve borrosa.
Mirage es el nuevo nombre de Captions, la aplicación de edición y creación de vídeo con IA que usan muchos creadores. El cambio no es solo estético, porque la compañía quiere ser un laboratorio de investigación con modelos fundacionales multimodales entrenados específicamente para vídeo de formato corto en TikTok, Reels y Shorts. Esta orientación impacta directamente en los deepfakes publicitarios y su calidad.
Según su CEO, Gaurav Misra, la marca Mirage refleja una visión más amplia: redefinir el vídeo empezando por los clips breves, apoyándose en investigación y modelos avanzados. Con todo, esta ambición convive con un reto social evidente, ya que los deepfakes publicitarios pueden confundir a la audiencia si no se etiquetan bien.
La empresa ha levantado más de 100 millones de dólares en capital de riesgo y alcanza una valoración de 500 millones. Este respaldo explica por qué acelera el desarrollo de IA para vídeo corto y por qué insiste en diferenciarse de los deepfakes publicitarios que dependen de trucos de sincronización labial. Más presupuesto también exige más responsabilidad en el uso de la tecnología.
El nuevo Mirage Studio se dirige a marcas y productoras que quieren anuncios cortos sin actores ni grandes presupuestos. Tú envías un archivo de audio y la IA genera el vídeo desde cero, con fondos creados por IA y un avatar que puedes personalizar con tus selfies. Este flujo permite producir deepfakes publicitarios con un control mayor y con una estética coherente.
La plataforma presume de avatares con habla, movimientos y expresiones faciales de aspecto natural. Afirma no usar metraje de stock, clonación de voz ni sincronización labial, lo que marca distancia con otros deepfakes publicitarios basados en parches.
Vas a poder generar avatares que parecen mirar cámara, vocalizar y parpadear con naturalidad. La propuesta evita la típica “sincronización labial” acoplada y apuesta por un modelo que produce la cara, la voz y el gesto como un todo. Ningún sistema es perfecto y algunos deepfakes publicitarios pueden fallar en manos, microexpresiones o iluminación compleja.
Mirage Studio está disponible en un plan empresarial con precio de 399 dólares al mes e incluye 8.000 créditos. Los nuevos usuarios obtienen un 50% de descuento durante el primer mes, lo que te permite probar la producción de deepfakes publicitarios a menor coste. Calcula cuántos créditos consume cada clip para no quedarte corto en plena campaña.
Este modelo de suscripción encaja con marcas que producen varias creatividades a la semana y necesitan versiones para diferentes canales. Si haces pocas piezas, quizá prefieras planificar tandas mensuales, agrupar guiones y optimizar tus deepfakes publicitarios por lotes.
El mercado de vídeo con IA cuenta con rivales conocidos como D-ID, Synthesia y Hour One. Mirage intenta separarse apostando por modelos fundacionales diseñados desde el inicio para vídeo corto, en lugar de adaptar tecnologías genéricas. Esta base técnica aspira a reducir los típicos artefactos de muchos deepfakes publicitarios.
La reestructuración también agrupa todo bajo una sola marca: la plataforma principal para creadores y el nuevo Mirage Studio para marcas y publicidad. Con todo, este paraguas común facilita entender qué ofrece cada producto y cómo encaja en tu estrategia, ya sea para piezas orgánicas o deepfakes publicitarios de pago.
Estas herramientas pueden ayudarte a agilizar la producción de vídeo y a reducir costes en rodaje, casting y postproducción. Su auge preocupa al sector creativo por el posible impacto en actores, locutores y equipos técnicos. Los deepfakes publicitarios generan debate real en agencias, productoras y departamentos de marketing.
Las críticas no son teóricas. Un ejemplo reciente fue un anuncio de Guess en la edición de julio de Vogue que mostró un modelo generado por IA. Este tipo de casos alimenta la discusión sobre transparencia y sobre cuándo un deepfake publicitario cruza una línea para el público, que puede sentirse engañado si no hay aviso claro.
Cada día es más difícil distinguir un vídeo real de un deepfake, y eso abre la puerta a la desinformación. Mirage ha reconocido estos riesgos en su blog y mantiene una postura pragmática: alerta de los peligros y, al mismo tiempo, expresa optimismo sobre el uso positivo del vídeo generado por IA. Pone límites concretos al mal uso de los deepfakes publicitarios.
La empresa ha implementado medidas de moderación para frenar abusos: impedir la suplantación de identidad y exigir consentimiento para usar la imagen de una persona. Reconoce que el diseño de producto no lo resuelve todo y reclama impulsar una nueva alfabetización mediática, para que consumas deepfakes publicitarios con el mismo pensamiento crítico que aplicas a un titular.
En conjunto, el salto de Captions a Mirage busca liderar el vídeo corto con modelos de IA avanzados y una oferta unificada que incluye Mirage Studio. Este tipo de herramientas te permiten crear anuncios desde audio, con avatares realistas y sin rodajes, aunque los deepfakes publicitarios exigen transparencia, moderación y una nueva cultura crítica. Si equilibras creatividad y responsabilidad, la IA puede ser una aliada potente en tus campañas.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.