ElevenLabs, la compañía conocida por su avanzada tecnología de text-to-speech y traducción de voz impulsada por inteligencia artificial, ha lanzado un nuevo modelo que permite generar música con IA supuestamente apta para uso comercial.
Con esta expansión, la startup estadounidense busca dejar de ser exclusivamente una herramienta para narradores y desarrolladores, y posicionarse también en el competido terreno de la música generativa.
Según el anuncio oficial, la nueva función permite generar canciones completas, con letra, melodía y voces sintéticas. Como muestra, compartieron un tema con un rap generado por IA que relata una historia desde “Compton hasta el cosmos”, evocando el estilo y lenguaje de artistas como Dr. Dre o Kendrick Lamar. El resultado ha sido descrito por algunos como tan impresionante como inquietante, por su capacidad de emular narrativas culturales profundas sin haberlas vivido.
Desde su fundación hace tres años, ElevenLabs se ha posicionado como líder en generación de voz con inteligencia artificial. Su tecnología ha sido utilizada para crear voces realistas en múltiples idiomas, construir bots conversacionales y desarrollar herramientas de traducción automatizada.
Esta incursión en la música representa su apuesta más ambiciosa hasta la fecha, expandiendo su portafolio más allá del ámbito del habla.
El nuevo modelo musical busca ofrecer a creadores, desarrolladores y empresas la posibilidad de generar pistas sonoras de forma rápida y económica, con voces generadas artificialmente y melodías adaptables. Toda esta tecnología se puede explorar directamente en su plataforma oficial: https://elevenlabs.io/music.
También te puede interesar:ElevenLabs Estrena Su App Móvil de IA para Generación de Texto a Voz en Android y iOSLa canción de muestra compartida por ElevenLabs incluye una voz artificial que rapea sobre el ascenso desde un entorno urbano difícil hasta alcanzar una especie de éxito cósmico. Las letras, el tono y el ritmo evocan claramente a artistas como N.W.A., Dr. Dre o Kendrick Lamar, figuras cuya autenticidad está profundamente anclada en sus vivencias personales.
Esto ha generado inquietud entre críticos, músicos y expertos en ética tecnológica. ¿Puede una IA replicar con legitimidad la narrativa de la lucha social, la marginalidad o la superación personal, sin haber experimentado nada de eso? ¿Dónde queda la línea entre inspiración y apropiación?
Uno de los principales focos de conflicto en la música generada por IA está en los datos de entrenamiento. Para que una inteligencia artificial pueda producir canciones coherentes y estilísticamente ricas, necesita nutrirse de miles (o millones) de ejemplos. Y ahí comienza el problema.
Muchas empresas del sector han sido acusadas de utilizar obras con copyright sin autorización, lo que ha generado disputas legales de alto perfil. Incluso si la música final generada por la IA no reproduce directamente una canción conocida, el hecho de que haya sido entrenada con ese contenido puede ser considerado una infracción.
En 2023, las startups Suno y Udio fueron demandadas por la Recording Industry Association of America (RIAA) por presuntamente entrenar sus modelos con música protegida por derechos de autor. Estas demandas llevaron a ambas compañías a iniciar negociaciones con grandes sellos discográficos para obtener licencias de uso retroactivas.
El caso sirvió de advertencia a otras empresas emergentes en el ámbito de la IA musical: sin acuerdos claros, el riesgo legal es alto, y los litigios pueden paralizar desarrollos tecnológicos enteros. Desde entonces, muchos actores del sector han buscado alianzas estratégicas con plataformas de gestión de derechos.
También te puede interesar:El 15 de Julio Cambia la Monetización en YouTube: Adiós al Contenido Masivo de IAEn un intento de adelantarse a los conflictos legales, ElevenLabs ha cerrado acuerdos con Merlin Network y Kobalt Music Group, dos importantes plataformas de representación de artistas independientes y consagrados. De esta forma, la empresa asegura contar con catálogos autorizados para entrenar su IA, reduciendo el riesgo de infracción.
Merlin representa a artistas como Adele, Nirvana, Mitski, Carly Rae Jepsen y Phoebe Bridgers, mientras que Kobalt gestiona los derechos de figuras como Beck, Bon Iver y Childish Gambino.
Un portavoz de Kobalt explicó a TechCrunch que los artistas deben optar de manera voluntaria para incluir su música en los sistemas de IA, y añadió:
“Nuestros clientes se benefician directamente: acceden a una nueva fuente de ingresos, participan en los beneficios, están protegidos contra usos indebidos y reciben condiciones comparables a las de otros titulares de derechos”.
Más allá de los contratos y las licencias, el tema de fondo sigue siendo cultural y ético. La posibilidad de que una inteligencia artificial emule el estilo, lenguaje y vivencias de artistas humanos abre un debate complejo: ¿se puede generar arte auténtico sin experiencia humana? ¿Qué implicaciones tiene la normalización de voces sintéticas que imitan el dolor, la lucha o la pasión real?
Este tipo de tecnología, si bien útil para producciones comerciales o proyectos creativos de bajo presupuesto, también puede trivializar narrativas profundamente humanas, especialmente cuando se presenta como entretenimiento sin contexto. El riesgo no es solo la infracción de derechos, sino la banalización de las historias que dan origen al arte real.
Mientras ElevenLabs continúa desarrollando su herramienta —ya disponible para pruebas en su plataforma oficial—, el panorama de la música generada por IA sigue siendo un campo fértil, pero cargado de tensiones. La tecnología ha demostrado que puede crear música; ahora falta resolver si también puede respetar la esencia de lo que significa ser artista.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.