OpenAI ha movido ficha con una reestructuración completa y un nuevo marco de colaboración con Microsoft. El acuerdo OpenAI y Microsoft redefine control, derechos tecnológicos y planes de futuro, incluida la carrera hacia la AGI. Si te interesa cómo afectará a productos, precios y competencia.
La compañía separa misión pública y negocio, y desvela compromisos enormes en nube, hardware y gobernanza. Algunas piezas se reservan para un pequeño círculo y se activan solo con hitos muy concretos. Te explicamos qué queda dentro del acuerdo, qué se limita y dónde están las nuevas oportunidades.
OpenAI ha convertido su brazo con fines de lucro en una public benefit corporation llamada OpenAI Group PBC. Esta forma legal mezcla objetivos comerciales con interés público, y marca el terreno para el acuerdo OpenAI y Microsoft y sus reglas de propiedad intelectual. Vas a poder ver decisiones de negocio más agresivas sin abandonar metas sociales explícitas.

La entidad sin ánimo de lucro se llama ahora OpenAI Foundation y posee una participación valorada en torno a 130.000 millones de dólares. Con todo, la fundación recibirá “propiedad adicional” cuando la filial alcance un hito de valoración aún no detallado, lo que refuerza la supervisión y la misión a largo plazo.
La fundación arranca con un enfoque de 25.000 millones de dólares en sanidad, enfermedades y “resiliencia en IA”. Este dinero se orienta a proyectos con impacto medible en salud pública y seguridad de sistemas. El despliegue será progresivo, y convivirá con el empuje empresarial derivado del acuerdo entre OpenAI y Microsoft.
El plan inicial de conversión diluía por completo el control de la fundación. Tras ajustes, la matriz sin ánimo de lucro puede mantener hasta 100.000 millones de dólares en acciones y conservar cierta supervisión. Esto atenúa el riesgo de una AGI sin contrapesos, algo crucial mientras el acuerdo OpenAI y Microsoft acelera la hoja de ruta de producto.
También te puede interesar:OpenAI Lanza el Modo Visión en Tiempo Real y Compartir Pantalla en EuropaLa reestructuración llega después de más de un año de conversaciones con las oficinas de los Fiscales Generales de California y Delaware, paso imprescindible para seguir adelante. También aparece tras un litigio con Elon Musk, cofundador de OpenAI en 2015, que demandó a la empresa y a Sam Altman para frenar el cambio de rumbo. La transformación ha quedado cerrada con aval regulatorio.
Microsoft reduce su participación del 32,5% (as-converted basis) al 27% en términos as-converted diluted. La dilución tiene en cuenta a todos los propietarios de la nueva PBC, alineando la foto accionarial con el acuerdo OpenAI y Microsoft y su reparto de derechos. Este ajuste facilita nuevas alianzas de OpenAI con terceros.

La participación de Microsoft se estima en torno a 135.000 millones de dólares. Con todo, la cifra podrá moverse con futuras rondas, hitos de valoración o cambios de perímetro. El mensaje para ti es claro: el vínculo sigue siendo enorme, pero menos exclusivo que antes.
El salto al 27% refleja la foto “final” incluyendo todos los instrumentos convertibles. No altera la cooperación técnica central del acuerdo entre OpenAI y Microsoft. Cambia, eso sí, la flexibilidad de OpenAI para publicar modelos con pesos abiertos y explorar productos fuera del paraguas de Redmond.
La antigua “cláusula AGI” era ambigua y podía retirar a Microsoft algunos derechos cuando llegara la AGI. Ahora, el nuevo acuerdo OpenAI-Microsoft aclara el proceso: si OpenAI declara haber alcanzado la AGI, un panel independiente de expertos deberá verificarlo. Este filtro evita declaraciones unilaterales y protege inversiones a gran escala.
Microsoft ya no pierde sus derechos de propiedad intelectual tras la AGI. Estos derechos se extienden hasta 2032 y cubren incluso modelos post‑AGI, siempre con medidas de seguridad adecuadas. Hay límites adicionales en el ámbito de investigación, que te detallamos justo debajo.
También te puede interesar:OpenAI une fuerzas con los Laboratorios Nacionales de EEUU para transformar la investigación científicaCuando OpenAI afirme que ha llegado a la AGI, un grupo externo lo comprobará con criterios técnicos acordados. Esto introduce una “segunda llave” en el acuerdo OpenAI y Microsoft, y reduce el riesgo de activar cláusulas por un simple anuncio. Vas a poder esperar más transparencia y menos sorpresas contractuales.
Conviene separar dos capas. Por un lado, Microsoft mantiene derechos de IP hasta 2032 e incluye modelos post‑AGI con salvaguardas. Por otro, los derechos sobre investigación (acceso a métodos internos y sistemas) se limitan hasta 2030 o hasta la verificación de la AGI, lo que ocurra antes. Ambos marcos conviven sin solaparse.
Microsoft obtiene acceso a métodos confidenciales de desarrollo de modelos, incluidos sistemas de uso interno para investigación. El acuerdo de revenue‑share previo se mantiene hasta que la AGI quede verificada por el panel. Con todo, los pagos se realizarán durante un periodo más largo, lo que suaviza tensiones financieras.
La relación deja de ser tan cerrada. OpenAI podrá colaborar con terceros en algunos productos y publicar ciertos modelos con pesos abiertos. Esto abre la puerta a más competencia y a ritmos de innovación diferentes a los del pasado, sin romper el acuerdo OpenAI y Microsoft en su núcleo.
Microsoft ya no tiene el derecho preferente de cómputo para OpenAI. OpenAI queda contractualmente obligada a adquirir servicios de Azure por un valor incremental de 250.000 millones de dólares, cifra récord que blinda la capacidad de entrenar y servir modelos a gran escala.
El compromiso con Azure asegura acceso a GPU, redes y almacenamiento a gran escala, claves para la AGI. Para ti, esto significa más disponibilidad y estabilidad de servicios, incluso cuando OpenAI explore proveedores alternativos. El peso de Azure seguirá marcando la operativa diaria derivada del acuerdo OpenAI y Microsoft.
Microsoft puede perseguir la AGI de forma independiente, en solitario o asociándose con terceros. Si usa IP de OpenAI para alcanzarla antes de que la AGI sea declarada, esos modelos quedarán sujetos a límites de computación. Con todo, esta vía impulsa la competencia directa con beneficios potenciales en precio y calidad.
Los nuevos derechos de Microsoft excluyen la tecnología de hardware de consumo de OpenAI. La “receta secreta” del dispositivo que desarrollan con Jony Ive no entra en el acceso técnico. El acuerdo entre OpenAI y Microsoft sí cubre modelos y software asociados, respetando fronteras claras entre capas.
La AGI es la meta explícita de OpenAI y de gran parte del sector. Implica sistemas capaces de resolver tareas generales con rendimiento superior al humano en multitud de dominios. Con el acuerdo OpenAI y Microsoft, vas a poder ver más inversión en cómputo, seguridad y despliegue rápido de productos en cliente en línea, escritorio y servicios web.
Persiste la controversia sobre quién controla la tecnología base y cómo se reparten riesgos. El refuerzo de la OpenAI Foundation pretende equilibrar intereses, mientras la verificación independiente de la AGI añade una capa de confianza externa. Esto no zanja todos los debates, pero acota el terreno de juego.
OpenAI necesitaba anunciar la reestructuración antes del 31 de diciembre para no arriesgar hasta 10.000 millones de dólares de la inversión anunciada por SoftBank. El cierre llega a tiempo, y el acuerdo OpenAI y Microsoft queda operativo de inmediato en sus líneas maestras, desde cómputo hasta derechos de IP.

La empresa celebrará una sesión de preguntas y respuestas en directo con Sam Altman y Jakub Pachocki. Aquí vas a poder resolver dudas sobre hitos de AGI, acceso a modelos internos y cómo afectará el cambio a productos nuevos. Algunas cifras y fechas podrían ajustarse con el tiempo.
Si eres desarrollador, vas a poder anticipar más capacidad de cómputo y ciclos de producto estables. Si compras soluciones, espera más variedad: colaboración con terceros, algunos pesos abiertos y mejoras continuas. La verificación de AGI puede retrasar ciertos disparadores contractuales y marcar nuevas prioridades de seguridad.
Si regulas o diseñas políticas, el acuerdo OpenAI y Microsoft incorpora mecanismos externos de validación y un reparto de derechos con fecha de caducidad. Con todo, la gobernanza de la AGI seguirá exigiendo auditorías, pruebas de alineamiento y medidas de resiliencia a escala sectorial.
OpenAI consolida su giro con OpenAI Group PBC, una OpenAI Foundation fortalecida y un acuerdo OpenAI y Microsoft que fija 250.000 millones en Azure, verificación independiente de la AGI y derechos de IP con horizonte 2032. Con esta base, vas a poder ver más velocidad en producto, más control público sobre hitos críticos y una competencia más abierta camino de la AGI.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.