Cuando lees que una gran empresa pide crédito fiscal del 35% para centros de datos de IA, seguro te preguntas qué cambia para ti. La propuesta de OpenAI apunta a abaratar y acelerar la construcción de infraestructura crítica, y abre un debate sobre cómo financiar la próxima oleada de servidores, redes eléctricas y fábricas que alimentan la inteligencia artificial.
En las próximas líneas vas a poder entender qué pide exactamente OpenAI, por qué hablan de créditos fiscales del 35% para servidores y centros de datos de IA, y qué implicaciones tendría en permisos, materias primas y competencia. Hay matices sobre préstamos y garantías públicas que conviene aclarar bien antes de sacar conclusiones.
El Advanced Manufacturing Investment Credit (AMIC) es un incentivo incluido en la Chips Act impulsada por la administración Biden. Hoy ofrece un crédito fiscal del 35% pensado para inversiones en fabricación de semiconductores, con el objetivo de aumentar la capacidad industrial en Estados Unidos y reducir dependencias críticas.

OpenAI plantea que ese mismo mecanismo se aplique también a la infraestructura que hace posible la IA moderna. Si se aceptase, tú vas a poder ver créditos fiscales del 35% para centros de datos de IA, servidores avanzados y componentes clave de la red eléctrica, lo que bajaría el coste efectivo del capital para nuevos proyectos.
La carta, firmada por Chris Lehane (director de asuntos globales de OpenAI) y dirigida a Michael Kratsios (entonces responsable de política científica y tecnológica de la Casa Blanca), pide ampliar el AMIC más allá de los chips. El foco está en infraestructuras que permiten escalar modelos, entrenar con grandes volúmenes y servir tráfico a millones de usuarios.
Con esta ampliación, el crédito fiscal del 35% para centros de datos de IA no quedaría limitado a la fábrica de chips. La implementación exigiría definir criterios técnicos y salvaguardas para evitar proyectos ineficientes.
También te puede interesar:OpenAI Lanza el Modo Visión en Tiempo Real y Compartir Pantalla en EuropaSegún Lehane, extender el AMIC recorta el coste efectivo del capital, reduce el riesgo de inversiones tempranas y desbloquea capital privado. En la práctica, vas a poder ver más proyectos financiables, menos cuellos de botella y calendarios de obra más realistas para servidores y centros de datos de IA.
OpenAI sostiene que los créditos fiscales del 35% para servidores y centros de datos de IA acelerarían la oferta de capacidad, algo crítico cuando entrenamientos y despliegues crecen trimestre a trimestre. Con todo, la clave será sincronizar incentivos, permisos y cadena de suministro.
La propuesta pide al gobierno acelerar los procesos de concesión de permisos y la revisión medioambiental para estos proyectos. Aquí no solo hablamos de papeleo, también de coordinación entre estados, ayuntamientos y utilities para que las obras empiecen a tiempo y no se paren.

Si esto avanza, tú vas a poder ver crédito fiscal del 35% para centros de datos de IA funcionando de verdad, porque sin permisos rápidos el ahorro fiscal no se traduce en capacidad disponible. Cualquier simplificación debe mantener estándares ambientales serios y mediciones claras de impacto.
OpenAI además sugiere crear una reserva estratégica de materiales esenciales: cobre, aluminio y minerales de tierras raras procesados. Estos insumos son críticos para cableado, transformadores, bastidores, motores y sistemas de refrigeración.
Con una reserva estable, los créditos fiscales del 35% para centros de datos de IA tendrían menos riesgo de retrasos por falta de materiales. Garantizar suministro requiere acuerdos internacionales y capacidad de procesado local para evitar cuellos de botella nuevos.
También te puede interesar:OpenAI une fuerzas con los Laboratorios Nacionales de EEUU para transformar la investigación científicaOpenAI publicó la carta el 27 de octubre, aunque el tema pasó discreto al principio. Días después, declaraciones de directivos reactivaron la conversación sobre si la empresa quería también garantías públicas para su infraestructura.

Ahí es donde surge la confusión y, seguidamente, las aclaraciones. Para entender bien los créditos fiscales del 35% para centros de datos de IA, conviene separar los incentivos fiscales de cualquier respaldo explícito a préstamos de una compañía concreta.
Durante un evento del Wall Street Journal, la CFO Sarah Friar sugirió inicialmente que el gobierno debería garantizar préstamos para la infraestructura de la empresa. Después, en LinkedIn, aclaró que OpenAI no busca un respaldo gubernamental y que usó mal el término “backstop”.
Por su parte, el CEO Sam Altman remarcó que la empresa no tiene ni quiere garantías públicas para sus centros de datos. Añadió que los gobiernos no deberían elegir ganadores o perdedores y que los contribuyentes no deben rescatar compañías si fallan en el mercado.
Explicó que sí discutieron garantías de préstamos en el contexto de apoyar la construcción de fábricas de semiconductores en Estados Unidos.

En otras palabras, una cosa son los créditos fiscales del 35% para centros de datos de IA aplicados de forma amplia y neutral, y otra muy distinta es una garantía directa para una empresa concreta. Esa frontera es clave para evitar distorsiones.
OpenAI asegura que espera cerrar 2025 con una facturación anualizada superior a 20.000 millones de dólares, y proyecta crecer hasta “cientos de miles de millones” en 2030. Ese ritmo exige una base física enorme en energía, cómputo y conectividad.
La compañía afirma tener comprometidos 1,4 billones de dólares en inversiones de capital para los próximos ocho años, centrados en su infraestructura de centros de datos. En ese contexto, el crédito fiscal del 35% para centros de datos de IA puede ser la palanca que haga viables calendarios y costes, siempre que se combine con permisos ágiles y materiales disponibles.
Si construyes, alojas o consumes capacidad de cómputo, esta propuesta te toca de cerca. Con créditos fiscales del 35% para servidores y centros de datos de IA, los precios finales podrían moderarse y los plazos de entrega acortarse. La demanda seguirá siendo alta y obligará a planificar con margen.
Con este enfoque vas a poder aprovechar el crédito fiscal del 35% para centros de datos de IA cuando impacte en precios y disponibilidad, evitando sorpresas en tu ruta de despliegue.
El AMIC, ampliado a servidores y centros de datos de IA, alivia CAPEX y acelera obras, pero no sustituye una buena ingeniería de sistemas ni una planificación de energía estable. La demanda de talento, la fiabilidad de la red y el acceso a agua o refrigeración seguirán marcando el ritmo.
Unos créditos fiscales del 35% para centros de datos de IA bien diseñados pueden incentivar estándares altos de eficiencia, modularidad y seguridad. Si se aplican de forma neutral y transparente, vas a poder ver más competencia y mejores precios sin escoger “ganadores” desde el sector público.
En conjunto, la petición de OpenAI busca aplicar el crédito fiscal del 35% para centros de datos de IA al ecosistema completo: servidores, red y permisos más rápidos, con una reserva de materiales que reduzca retrasos. Las aclaraciones de Sarah Friar y Sam Altman separan incentivos generales de garantías a empresas concretas, y eso refuerza la idea central: impulsar capacidad sin rescates, con reglas claras y previsibles para que la infraestructura de IA crezca a buen ritmo.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.