Cuando piensas en modelos de lenguaje como ChatGPT, seguro que te viene a la cabeza el tema de las alucinaciones: fechas inventadas, citas que nunca existieron y datos que no cuadran. Hay algo igual de importante que pasa más desapercibido: el estilo. Un nuevo estudio de Filippo Lubrano te ayuda a ver dónde se “aplana” el lenguaje y por qué eso afecta a cómo lees y a cómo escribes cada día.
Vamos a ver qué hay detrás de ese tono tan familiar en la escritura generada por IA y qué puedes hacer para mantener la variedad expresiva. La clave, curiosamente, está en una figura retórica concreta que suena clara y rotunda, pero que los modelos repiten hasta convertirla en un tic.
La epanortosis enfática es una figura retórica que sigue el patrón “no X, sino Y”. En textos humanos, sirve para reajustar una idea, romper una expectativa o intensificar un matiz. En la escritura generada por IA se convierte en una especie de plantilla que se aplica una y otra vez, sin necesidad real.
Ese patrón transmite una sensación de claridad y contundencia, pero termina por aplanar el estilo. Detectarlo al leer respuestas largas o cambios de tema es útil: aparece como una transición fácil, casi automática, que evita explorar alternativas expresivas.
En tus textos, la epanortosis enfática debería usarse para resaltar matices o excepciones específicas. Con todo, los LLM la disparan como recurso general, lo que borra la riqueza de opciones: comparaciones, metáforas y cláusulas concesivas. Ese abuso no solo afecta a la forma, también puede arrastrar al contenido a frases categóricas poco precisas.
El estudio de Filippo Lubrano, fundador de Metaphora, analiza grandes conjuntos de respuestas de distintos modelos. En promedio, la epanortosis enfática aparece 27 veces por cada mil oraciones en ChatGPT y Claude. En textos humanos, se queda en 5 por cada mil, y en los datos de entrenamiento ronda las 9 por cada mil.
Ese salto indica que los modelos no solo aprenden contenido, también forma. Y la forma, repetida sin freno, marca el estilo. El fenómeno no se limita al inglés: se detecta en español, francés, mandarín y árabe, lo que sugiere una tendencia casi “universal” en la escritura generada por IA.
Un análisis de regresión logística muestra que una alta frecuencia de epanortosis enfática es un predictor sólido de que un texto ha sido generado por IA. No es la única pista, pero sí una de las más consistentes, sobre todo en respuestas largas donde el patrón se repite como “muletilla” de transición.
¿De dónde sale tanta epanortosis enfática? Los modelos se entrenan con grandes cantidades de texto de sectores donde este giro abunda: marketing, autoayuda y comunicación política. En esos ámbitos, la fórmula “no X, sino Y” suena contundente y vende claridad. Con todo, trasladarla a todo tipo de respuesta la vuelve cansina y empobrece el tono.
El aprendizaje por refuerzo con retroalimentación humana (RLHF) refuerza aún más este sesgo. Muchos anotadores premian respuestas que parecen claras y asertivas, así que el modelo aprende que la epanortosis enfática puntúa bien. Resultado: transición fácil, frase redonda y menos espacio para otros recursos expresivos.
Lubrano llama a este fenómeno el “efecto eslogan”: el texto suena limpio y directo, pero pierde variedad. La repetición de plantillas retóricas acerca la escritura de IA al lenguaje publicitario y a titulares de clickbait, y eso empobrece el discurso. La apariencia de claridad engancha y se premia, cerrando el círculo.
El problema no es solo estético. Con el uso continuado, muchos usuarios acaban interiorizando estas fórmulas y las copian en sus propios textos. Así, el patrón que aprendió el modelo vuelve a la web y se reintroduce en los datos de entrenamiento, reforzando el hábito para la siguiente generación de sistemas.
Este círculo vicioso conduce a un lenguaje digital más plano y dualista, dominado por eslóganes. La etiqueta “IA slop” (“basura de IA”) se usa para denunciar este aplanamiento lingüístico causado por automatismos. Los modelos pueden ayudarte a escribir más rápido; lo que no siempre aportan es variedad y expresividad sostenidas.
En la retórica clásica, con autores como Quintiliano y Lausberg, la epanortosis enfática era una herramienta ocasional para intensificar o clarificar. No era un automatismo. Recuperar esa idea implica devolverle su papel de recurso consciente, elegido cuando aporta valor real y no como muletilla de fábrica.
Si trabajas con modelos de lenguaje a diario, conviene que audites tu propio estilo. La epanortosis enfática tiene ventajas puntuales, pero permite mejorar mucho tus textos si controlas su frecuencia y abres el abanico de recursos.
Si trabajas en equipos de producto o investigación, hay medidas claras que ayudan. La epanortosis enfática no debe desaparecer, pero sí perder su estatuto de valor por defecto.
Quedarte solo con las alucinaciones es quedarse a medias. Los modelos de lenguaje modelan el contenido y la forma. Un exceso estructural en la forma, como el abuso de epanortosis enfática, puede cambiar cómo leemos y cómo escribimos cuando tratamos con textos artificiales. Esa deriva reduce la eficacia comunicativa y la riqueza de recursos en la web.
El dato preocupante es que esta tendencia ya aparece en varios idiomas, incluido el español, lo que la convierte en un problema amplio. Con todo, tienes margen de maniobra: exige respuestas con variedad retórica, revisa los borradores y combina la ayuda de la IA con tu criterio para conservar la expresividad.
El estudio de Lubrano deja una idea clara: los LLM pueden ayudarte a escribir, pero si no vigilas el estilo, la epanortosis enfática y el “efecto eslogan” van a aplanar el estilo hasta hacerlo predecible.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.