Cuando una empresa promete crecer a lo grande, lo normal es preguntarse cómo va a pagarlo. Ese es el caso de OpenAI, que encara un plan gigantesco de centros de datos, chips y nuevos productos, y declara que no quiere ayudas públicas.
La idea clave es sencilla: OpenAI dice que no quiere rescates si algo sale mal, y que los contribuyentes no deben pagar errores privados. La compañía maneja compromisos y previsiones enormes para construir y usar centros de datos, y el coste del dinero marca cada decisión. Aquí nace el debate sobre avales y sobre cómo financiar un salto de escala tan grande.

Cuando se habla de backstop, se habla de un aval gubernamental: si la empresa no paga, el Estado cubre la deuda y el préstamo sale más barato. Con todo, aceptar esa red de seguridad implica que los contribuyentes asumen el riesgo último. Para OpenAI, un aval así abarataría la financiación y permitiría más deuda con el mismo capital propio.
Sam Altman, CEO de OpenAI, ha sido claro: el gobierno no debe elegir “ganadores o perdedores” y no debería rescatar compañías por malas decisiones. Reconoce que en Estados Unidos se debate sobre garantías para proyectos estratégicos. Según Altman, OpenAI no tiene ni desea un aval para sus centros de datos, y eso marca su estrategia pública.
En lo que va de año, OpenAI ha asumido compromisos de construcción y uso de centros de datos por 1,4 billones de dólares. La hoja de ruta también anticipa compromisos similares, de unos 1,4 billones, a lo largo de los próximos ocho años. El punto crítico es con qué tecnología y a qué coste de financiación vas a poder escalar.
También te puede interesar:Los nuevos modelos de OpenAI podrían costar hasta $2000Sarah Friar, CFO de OpenAI, explicó que recurrir a chips antiguos abarata la financiación, pero limita el salto técnico. El objetivo de la empresa es usar siempre chips de última generación para sus modelos más avanzados, y eso exige dinero más caro o mejores condiciones. Aquí es donde un aval podría, en teoría, cambiar la ecuación.
| Opción | Coste de financiación | Riesgo tecnológico | Impacto en rendimiento |
|---|---|---|---|
| Chips antiguos | Más barato | Bajo a medio | Limitado en entrenamiento e inferencia |
| Chips de última generación | Más caro sin aval | Medio a alto (por escala) | Máximo rendimiento para modelos punteros |
OpenAI quiere un ecosistema de apoyo: bancos, fondos y, potencialmente, diálogo con la administración. Friar llegó a señalar que ya hay conversaciones en EE. UU. sobre garantías a proyectos estratégicos de IA como activo nacional. Con todo, tras la polémica, explicó que OpenAI no está pidiendo un aval para sus infraestructuras.
El ritmo de ingresos de OpenAI ronda los 20.000 millones de dólares anuales y crece rápido. Altman prevé cerrar el año por encima de esa cifra e incluso apunta a “cientos de miles de millones” en 2030. La pregunta es obvia: ¿te permite ese flujo pagar 1 billón en desarrollo y compromisos que pueden elevarse a 1,4 billones?
Altman confía en tres palancas: clientes empresariales, dispositivos de consumo y robótica. Si esas líneas avanzan, vas a poder entender por qué OpenAI proyecta multiplicar ingresos a medio plazo. Escalar cada área exige más centros de datos, más energía y, otra vez, chips avanzados para sostener el crecimiento sin frenos.
Si te preguntas cómo podría hacerlo OpenAI sin garantías públicas, la respuesta mezcla disciplina, ingeniería y mercados de capitales. Existen pasos tácticos que ayudan a cuadrar el plan mientras se protege la ambición tecnológica.
Friar apuntó primero que un aval abarataría préstamos de infraestructuras para OpenAI y facilitaría usar los chips más modernos. Las redes ardieron y, tras la crítica, aclaró que la empresa no busca respaldo público para sus centros de datos. En paralelo, Altman remarcó que el gobierno no debe rescatar a nadie ni elegir ganadores.
También te puede interesar:Hackean la cuenta de prensa de OpenAI en X para promocionar cripto estafas
David Sacks, responsable de IA en la era Trump e inversor conocido, aseguró que no habrá rescate federal para empresas de IA. Según Sacks, si una empresa cae, otras cubrirán el hueco y el gobierno prefiere agilizar permisos y generación eléctrica. Con todo, algunos actores calificaron de “ridículo” pedir un rescate pagado por contribuyentes.
Tras esas negativas, Friar y Altman siguen ante la duda de cómo sufragar un desarrollo que se cifra en torno a 1 billón de dólares. OpenAI confía en sus ingresos y en una estructura financiera más amplia, pero el calendario de despliegue condiciona cada paso.
Altman aclaró que las garantías o backstops se han debatido solo para fábricas de semiconductores en Estados Unidos, no para OpenAI. La compañía, junto a otras, respondió a la petición gubernamental para apoyar ese desarrollo, y no ha presentado solicitud formal de aval. En cualquier caso, el énfasis público de OpenAI es crecer sin pedir garantías para su propia infraestructura.
Como cliente, quieres estabilidad, precio y mejora continua. Si OpenAI mantiene su plan sin avales, vas a poder beneficiarte de avances sostenidos mientras el riesgo de rescate se queda fuera de la ecuación pública. El ritmo de despliegue de centros de datos y chips avanzados condicionará tiempos de entrega, costes por uso y disponibilidad en picos de demanda.
En síntesis, OpenAI afronta compromisos enormes —hasta 1,4 billones de dólares— mientras supera los 20.000 millones en ingresos anuales y rechaza ayudas públicas. Entre el debate del backstop, la apuesta por chips de última generación y el empuje en empresas, dispositivos y robótica, la cuestión no es si crecer, sino cómo financiarlo sin perder el pulso del mercado.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.