La caída del cabello toca una fibra muy sensible. A muchos hombres y mujeres les preocupa muchísimo, aunque no siempre sepan si tienen realmente un problema o solo es miedo. El mercado de la alopecia está lleno de promesas, productos y clínicas, pero cuesta distinguir lo serio de lo que solo quiere vender. Por eso empieza a tener tanto sentido una herramienta como MyHair AI, una app que usa inteligencia artificial para analizar tu pelo de forma objetiva.
La historia de MyHair AI arranca con esa escena en una peluquería de Nueva York. A Cyriac Lefort le dijeron que estaba perdiendo pelo y, casi por reflejo, compró el champú que le recomendó el peluquero, mientras su amigo, sentado al lado, salía “ileso” del comentario. Ahí se dio cuenta de lo fácil que es vender algo a un hombre si le dices que se está quedando calvo.

Poco después, un especialista en cabello le explicó que en realidad no tenía una calvicie incipiente. Esa diferencia tan grande entre lo que le dijo el peluquero y lo que confirmó el médico le hizo ver el tamaño del problema: diagnósticos interesados, opiniones poco rigurosas y un mercado que juega con la inseguridad de la gente. A partir de ahí, empezó a investigar de lleno el mundo de la alopecia.
En su investigación, Lefort se topó con un sector muy confuso. Descubrió que el mercado de la caída del cabello está lleno de desinformación, con clínicas que muestran reseñas que no siempre son verificadas y con tratamientos que prometen mucho pero se apoyan en argumentos débiles. Su conclusión fue clara: hacía falta una herramienta que aportara datos reales y transparencia antes de gastar dinero o confiar en cualquier clínica.
Para entender qué hace distinta a esta app, conviene ver cómo se usa MyHair AI para detectar calvicie en tu día a día. La idea es que no dependas solo de la opinión del peluquero o de la publicidad, sino de un análisis visual guiado por inteligencia artificial entrenada específicamente en cabello.
Este enfoque convierte tu móvil en una especie de “historial visual” de tu pelo. A medida que acumulas fotos, MyHair AI aprende de tu caso concreto y deja de ser una única foto aislada para convertirse en un seguimiento continuado de tu salud capilar.
Cuando se habla de una IA entrenada con 300.000 fotos para detectar calvicie, la clave está en qué aprende ese modelo. En el caso de MyHair AI, la red neuronal se ha entrenado solo con imágenes de cabello y cuero cabelludo, no con texto general, lo que le permite fijarse en detalles que a un ojo humano se le escapan.

La IA analiza, entre otros factores, la densidad capilar, la distribución del cabello en la coronilla y la línea frontal, y pequeños cambios en el grosor y el número de pelos por zona. Aunque tú te mires al espejo a diario, te cuesta ver los cambios lentos; la máquina, en cambio, compara píxel a píxel tus imágenes y detecta variaciones mínimas con el tiempo.
Esa detección temprana es clave porque muchas rutinas y tratamientos funcionan mejor si los empiezas cuando la alopecia aún es leve. Gracias al análisis automático, vas a poder saber si necesitas pasar de la simple observación a buscar consejo médico o a cuidar más tu cuero cabelludo antes de que el problema avance demasiado.
Una vez que MyHair AI entiende cómo está tu pelo y cómo evoluciona, no se queda solo en el diagnóstico inicial. El objetivo es que puedas construir una rutina concreta para frenar la pérdida y proteger tu cabello de forma constante, basada en datos.
A medida que subes más fotos, la app ve si pierdes densidad en ciertas zonas o si se mantiene estable. Con este historial puede sugerirte rutinas personalizadas de protección capilar, desde cambios de hábitos diarios hasta la elección de ciertos tipos de productos o tratamientos que tienen sentido para tu caso.
La idea es que no sigas recomendaciones genéricas como “usa un champú anticaída y ya está”, sino una pauta adaptada a tu tipo de pelo, a la velocidad a la que pierdes cabello y a cómo responde tu cuero cabelludo. Eso aumenta la sensación de control y evita que vayas saltando de producto en producto sin un criterio claro.
Una de las partes más complejas del mundo de la alopecia es elegir productos. Champús, lociones, suplementos… el catálogo es casi infinito, y muchos se apoyan en publicidad agresiva. Aquí entra la faceta de MyHair AI como recomendador de productos basado en análisis real de tu pelo.

Según explica Lefort, la IA de MyHair te indica qué está pasando de verdad con tu cabello y, a partir de ahí, sugiere productos adaptados a tu tipo de cabello y a tu nivel de pérdida. No se limita a decir “este champú es bueno”, sino que prioriza qué ingredientes o enfoques tienen sentido para tu caso concreto.
Otro punto clave es que la app te explica la ciencia detrás de esos productos. Puedes ver por qué se recomienda un tratamiento, qué estudios o base médica hay detrás y cuáles son los posibles efectos secundarios. Eso es muy distinto de comprar por impulso después de ver un anuncio, y reduce bastante la sensación de estar tirando el dinero en soluciones milagro.
Cuando te planteas dar un paso más serio, como acudir a una clínica o pensar en un trasplante, el miedo a caer en una estafa aparece enseguida. Aquí MyHair AI se presenta también como una plataforma que te ayuda a encontrar especialistas y clínicas con más tranquilidad.
La app permite que busques dermatólogos y centros capilares que ya trabajan con su tecnología. Parte del valor está en las reseñas verificadas, que buscan evitar el típico listado de opiniones infladas o directamente falsas que ves en algunas webs. Así puedes comparar opciones con una base algo más sólida.
La herramienta no pretende sustituir la visita médica. Más bien intenta que llegues a la consulta con información previa sobre tu situación real, y que elijas la clínica con más criterio, igual que compararías bien antes de contratar cualquier otro servicio de salud.
En un mercado donde se habla tanto de modelos de lenguaje grandes (LLM), MyHair AI ha optado por otro camino. Lefort subraya que la empresa no se apoya en un modelo genérico, sino en un modelo de IA específico para diagnosticar calvicie, entrenado con más de 300.000 imágenes de cabello y cuero cabelludo.
Esta elección tiene sentido si piensas en lo que se necesita para analizar alopecia. Un LLM es bueno leyendo y generando texto, pero no está pensado para examinar patrones visuales tan concretos. El modelo de MyHair se ha preparado expresamente con fotos de distintos tipos de pelo, niveles de densidad y patrones de calvicie, lo que aumenta su capacidad para detectar señales tempranas.
Frente a competidores como Hims, que trabajan más en el ámbito de salud y bienestar masculino general, MyHair apuesta por esta especialización. Esa diferencia permite que la IA se centre en una tarea clara: interpretar imágenes de cabello, seguir su evolución y convertir esos datos en guías concretas para tu salud capilar.
El cerebro detrás de MyHair AI es Cyriac Lefort, un emprendedor francés de 32 años, que ya había salido de una empresa anterior y dirige otras dos junto a su socio Tilen Babnik, de 28. Es decir, viene con experiencia en montar proyectos y escalar compañías tecnológicas.
Tras esa experiencia personal en la peluquería, Lefort y Babnik decidieron lanzar una tercera empresa centrada en la salud capilar apoyada en IA. Pasaron alrededor de un año dándole forma a la idea, definiendo el problema, investigando el mercado y decidiendo qué tipo de producto tenía sentido para un usuario que mira su móvil todos los días.
Lo más llamativo es cómo montaron el primer prototipo. El producto inicial se “vibe codeó” en solo unas semanas, es decir, lo prototiparon a toda velocidad con herramientas de programación asistidas por inteligencia artificial, como Cursor. En esa fase no contrataron a nadie: el código lo escribieron ellos mismos, apoyándose en la IA como copiloto de desarrollo.
Después de ese prototipo, pasaron varios meses en validación científica y clínica, ajustando el modelo con especialistas para que los diagnósticos fueran consistentes y médicamente razonables. Una vez que la parte técnica y médica estuvo más madura, dedicaron unas semanas extra a crear la app de consumo que tú ves en el móvil. La empresa se lanzó finalmente en verano.
Cuando el producto empezó a crecer, el enfoque cambió. Incorporaron un equipo de ingenieros para que todo ese código inicial, escrito a gran velocidad, se convirtiera en una base sólida y escalable, capaz de aguantar miles de usuarios, nuevas funciones y acuerdos con clínicas sin romperse por dentro.
El término “vibe coding” se refiere a esa forma de programar donde te apoyas fuerte en herramientas de IA que completan código, sugieren soluciones y te ayudan a montar un prototipo muy rápido, casi siguiendo la “vibra” del producto que tienes en la cabeza. MyHair AI se ha convertido en un ejemplo claro de lo que se puede construir con este enfoque.
Para muchos emprendedores, ver que una app como MyHair AI se construyó en pocas semanas de código inicial, más unos meses de validación y ajustes, demuestra que hoy puedes levantar una startup de inteligencia artificial mucho más deprisa que hace unos años. El tiempo fuerte ya no está solo en programar cada detalle, sino en pensar bien el problema, entrenar el modelo con buenos datos y testearlo con usuarios reales.
Con todo, Lefort no idealiza el “vibe coding”. Reconoce que sirve para mover muy rápido la primera versión, pero que después necesitas una base técnica más clásica para asegurar calidad, seguridad y mantenimiento a largo plazo. Esa mezcla de velocidad inicial y trabajo posterior de ingeniería es parte de la historia de MyHair.
Para medir el impacto real de una app de diagnóstico de calvicie con IA, conviene mirar las cifras. MyHair AI asegura que ya cuenta con más de 1.000 suscriptores de pago, es decir, personas que no solo han probado la app sino que pagan por seguir usándola en su día a día.

Más allá de los suscriptores, la plataforma ronda las 200.000 cuentas de usuario registradas. Esa base de usuarios significa que el modelo tiene cada vez más ejemplos reales con los que seguir mejorando. Cada nueva cuenta trae nuevas fotos, nuevos patrones de cabello y diferentes tipos de alopecia que enriquecen el sistema.
Hasta ahora, la app ha analizado más de 300.000 fotos de cueros cabelludos. Esta cifra no solo da contexto del volumen de uso, sino que también explica cómo han podido entrenar un modelo tan específico para detectar calvicie. Cada imagen etiquetada y validada aporta información para que la IA sea más precisa a la hora de evaluar tu caso.
MyHair AI no se queda en el terreno puramente digital. La empresa ha cerrado acuerdos con especialistas y clínicas que usan su tecnología como herramienta de evaluación rápida para sus propios pacientes. Para un dermatólogo, disponer de un análisis previo del cuero cabelludo puede ahorrar tiempo en consulta y ayudar a priorizar los casos más urgentes.
Al mismo tiempo, la app se integra en el flujo habitual de trabajo de estas clínicas. Un paciente llega con su historial visual ya generado en MyHair AI y el médico lo utiliza como punto de partida, en lugar de empezar de cero. Eso es lo que Lefort llama construir una IA que funciona en el “mundo real”: un sistema que entra en procesos médicos cotidianos en vez de quedarse en una simple app curiosa.
Como refuerzo de su credibilidad médica, la empresa ha incorporado a su consejo a la dermatóloga Dr. Tess, una figura reconocida en el sector. Su presencia indica que MyHair AI intenta alinearse con criterios clínicos y no solo con la lógica puramente tecnológica o comercial, algo importante cuando tocas temas tan sensibles como la salud del cabello.
En el terreno de la salud masculina han surgido varios actores, y uno de los más visibles es Hims, que ofrece productos y servicios para bienestar del hombre, incluida la disfunción sexual y la caída del cabello. Lefort insiste en que MyHair AI sigue un camino distinto dentro de este mercado.

La gran diferencia es el foco en una IA específica para la calvicie. Mientras otros jugadores pueden ofrecer tratamientos o consultas más generalistas, MyHair centra toda su tecnología en analizar imágenes de cabello y sacar conclusiones objetivas a partir de ellas. Esa especialización visual es lo que, según sus fundadores, marca distancia respecto a soluciones más amplias pero menos centradas en el diagnóstico visual.
También cambia la forma de relacionarse con el usuario. MyHair se dirige a hombres que, en palabras de Lefort, se preocupan sobre todo por dos cosas en su salud: la disfunción sexual y la pérdida de cabello. La app aborda una de esas grandes inquietudes diarias, pero lo hace intentando aportar transparencia, datos y explicaciones científicas, en lugar de solo vender tratamientos cerrados.
Tras el lanzamiento inicial y la validación de la idea, la prioridad actual de la empresa es crecer. Lefort y su equipo trabajan en convertir MyHair en algo más que una app de diagnóstico, avanzando hacia una plataforma completa de salud capilar conectada con el mundo médico.
Entre los siguientes pasos está la creación de una plataforma de reservas, donde puedas no solo analizar tu pelo sino también pedir cita directa con clínicas y especialistas que usan la tecnología de MyHair. Esto cerraría el círculo: desde la primera foto que haces en casa hasta la consulta en la que decides un tratamiento con un profesional.
En paralelo, la empresa busca firmar más acuerdos con clínicas y ampliar su red de dermatólogos y centros de trasplante. El objetivo que repite Lefort es construir una IA que funcione en el mundo real, integrada en procesos médicos, protocolos y seguimientos a largo plazo, en lugar de quedarse como una herramienta de curiosidad pasajera.
Con una IA entrenada con más de 300.000 fotos, seguimiento continuo por imágenes, recomendaciones de productos explicadas con ciencia y conexión directa con especialistas, esta app quiere que puedas entender qué ocurre con tu pelo y tomar decisiones informadas sobre la caída del cabello antes de que sea demasiado tarde.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.