Transcribir música antes suponía dedicar horas a escuchar una grabación para después plasmar manualmente cada nota. Ahora, con Songscription, basta con subir tu audio o pegar un enlace de YouTube para obtener partituras en minutos. Tanto si eres un músico profesional como si apenas empiezas, vas a poder ahorrar trabajo y convertir tus ideas en papel.
El CEO, Andrew Carlins, imagina cómo esta herramienta puede ayudar a profesores de música de zonas rurales, permitiéndoles adaptar partituras a los instrumentos y niveles exactos de sus alumnos. Con esta solución, ya no tienes que depender de transcriptores expertos ni de recursos difíciles de conseguir: el acceso a la notación musical es mucho más sencillo y democrático.
La clave de este servicio es su modelo de IA para transcribir música. Se trata de un sistema avanzado que reconoce patrones musicales a partir de grabaciones, identificando las notas y su ritmo. Carlins, junto al cofundador Tim Beyer y la investigadora Angela Dai, desarrolló este modelo basándose en un estudio académico.
Para entrenar la inteligencia artificial, Songscription no solo ha contado con partituras y grabaciones reales de músicos colaboradores, también ha usado obras de dominio público y grandes volúmenes de datos sintéticos.
Es decir, generan pistas de audio a partir de partituras y luego modifican estas grabaciones, agregando ruido de fondo o reverberación, simulando situaciones que podrías encontrar al grabar en entornos reales.
Uno de los mayores beneficios es que vas a poder obtener la partitura de tus canciones grabadas de forma instantánea, olvidando la transcripción manual. También piensan en quienes no saben leer música: el sistema genera un piano roll digital, una visualización gráfica sobre teclado virtual que ayuda a entender la melodía sin necesidad de solfeo.
Desde un músico que compone en casa hasta un aficionado que quiere aprender la melodía de su tema favorito, vas a poder utilizar la plataforma sin requisitos previos, ya que no necesitas conocimientos avanzados ni programas complicados. El resultado es que tocar música, editar partituras o compartir arreglos con otros, es mucho más fácil.
En su lanzamiento, Songscription transcribe música para distintos instrumentos, pero, de momento, el sistema es más preciso con el piano. Esto se debe a la disponibilidad y claridad de los datos de entrenamiento. Si lo comparamos con la guitarra, el piano tiene menos variabilidad en armónicos y timbre, así que el modelo aprende mejor sus patrones.
La buena noticia es que ya están trabajando en nuevas funciones para añadir tablaturas de guitarra y la opción de obtener arreglos completos para grupos o bandas. Esto supone que, muy pronto, vas a poder pasar un audio directamente a una partitura para tu instrumento preferido, o para varios músicos a la vez.
Una vez obtienes la transcripción, vas a poder editar la partitura mediante la interfaz web. Puedes corregir errores, ajustar compases o modificar arreglos antes de descargar tu archivo final.
Así, el software de notación musical aumentada no solo acelera el proceso, sino que mejora la calidad del resultado final, especialmente útil para escuelas de música donde necesitas adaptaciones rápidas.
Este enfoque resulta diferente al de otras plataformas, porque no se limita a convertir audio en partitura, sino que te deja intervenir, añadir detalles personales y preparar materiales exclusivos para tus proyectos.
El acceso sigue un modelo de negocio freemium: puedes probar la plataforma con limitaciones básicas, pero si quieres transcribir más archivos, desbloquear instrumentos adicionales o acceder a funciones avanzadas tendrás que suscribirte a opciones de pago.
Esto permite que cualquier persona, desde compositores hasta profesores de música, pruebe sin compromisos el servicio y solo pague si la herramienta cumple con sus expectativas o necesita volumen profesional.
¿Es legal obtener partituras de cualquier canción con inteligencia artificial? La situación es compleja. Al subir audio, se te solicita confirmar que posees derechos sobre ese material, pero no hay un control real y eficaz, lo que hace fácil obtener transcripciones de obras con copyright.
Según Carlins, la legalidad de emplear plataformas IA para aprender o practicar música está en una especie de limbo jurídico, sobre todo si no existe ánimo de lucro. Lo cierto es que las sentencias recientes suelen favorecer a empresas tecnológicas en el uso de IA creativa, aunque hay matices.
No olvides: Songscription no crea música nueva. El sistema solo acelera o automatiza una tarea que el propio músico podría realizar, lo que cambia las implicaciones legales respecto a otras herramientas que generan contenido inédito.
Hace tan solo siete meses, la empresa surgió como una start-up de estudiantes univeristarios, pero ya ha conseguido financiación de Reach Capital. Además, participará en la aceleradora StartX de Stanford, lo que aporta respaldo y oportunidades para expandirse y mejorar sus tecnologías.
La apuesta por una plataforma digital que facilita la transcripción instantánea de música tiene cada vez más fuerza, lo que podría traducirse en nuevas opciones para músicos de todos los niveles y para una comunidad educativa cada vez más conectada.
Hoy en día, gracias a herramientas como Songscription, puedes convertir tu creatividad en partituras con solo unos clics, probar diferentes instrumentos, editar tus transcripciones online y adaptar las piezas al nivel que quieras enseñar o practicar.
La inteligencia artificial y la facilidad de uso hacen que transcribir música esté ahora al alcance de cualquiera, conectando talento musical y tecnología de una forma práctica, cercana y sin complicaciones.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.